No somos máquinas

Benicàssim mon amour

Navegando hoy por internet, y de pura chiripa, me he encontrado con la agradable noticia de que mañana a las 12:30 del mediodía se hace público el cartel oficial del Festival Internacional de Benicàssim 2004. Qué puedo decir de este festival... creo que ya tengo cansados a todos mis amigos y a mi novia con este tema. Pero aún así me veo obligado a comentarlo. Fué en 1999 cuando por primera vez llegué a este "pueblecito" costero, y no podía creer lo que veían mis ojos. Jamás había ido a un festival de esta magnitud, y me marcó de tal manera que desde entonces sólo he fallado un año.

Si te gusta la música alternativa, el house, la electrónica, o simplemente te apetece pasar una semana en la playa haciendo lo que te de la real gana, no hay excusas que valgan. Quizás lo que más suele tirar p'atrás a la hora de decidirse suele ser el precio, pero puedo asegurar que merece la pena...
¿Drogas? Por supuesto que hay, y en cantidades ingentes. Estas macrofiestas y la cultura de las drogas van unidas de manera inextricable, pero hay que recordar que cada uno se lo pasa bien a su manera, y en los cuatro años que llevo acudiendo no he tenido ningún mal rollo por ese tema. El que quiere se droga y el que no, pues no lo hace. Y todos tan felices.
Lo dicho, que estoy como un niño pequeño el día antes de reyes. Mañana me explayo más.

Robots

Esto debería ser un post de bienvenida, explicando lo alegre que estoy de tener por fin un weblog para mí solito, y lo importante que me siento al poder contar cosas que difícilmente tendrán interés para el resto del mundo, pero creo que podemos pasar por alto toda esa fase...

Acabo de leer un artículo de opinión en el suplemento dominical del Heraldo, en el que el autor se mofa de la pasión que tienen los japoneses por los robots, llegando a la conclusión de que habría que despertar a los científicos nipones de un capón, para que dejaran de inventar artilugios extraños que no tienen la más mínima utilidad. Sinceramente, me parece que en la actualidad cualquiera puede publicar un artículo en la prensa, y además creer que sus opiniones están fundadas. Creo que este personaje ni siquiera se ha parado a pensar, por ejemplo, en los robots de las factorías de ensamblaje de automóviles. Un robot no es sólamente un símil electrónico de vida humana (o animal); un robot es un sistema mecánico y electrónico, que se encarga de realizar tareas repetitivas, muy complejas y precisas, o incluso peligrosas. Están ahí para hacer el trabajo que nosotros no deberíamos hacer. Y lo demás son virguerías. ¿Que aún no nos hemos acercado a imitar el movimiento del ser humano en los robots? ¿Y por qué debería extrañarnos? Aún no conocemos ni de lejos nuestro funcionamiento cerebral, y nuestro organismo no es ni mucho menos perfecto... ¿como esperamos imitarlo?
El problema es que seguimos pensando en los robots como réplicas sintéticas del ser humano, dejándonos llevar por historias de ciencia-ficción. A ver si despertamos.

Por cierto, este artículo me ha venido al pelo para inaugurar el weblog ;)