No hicimos sino apropiarnos de la vida,
batirnos con el tiempo.
Fuimos las veces en que quisimos
vivir para siempre.
Las veces en que quisimos morir.
Fuimos lo que le ganamos a la muerte:
conocimientos de relámpago,
encuentros de luz,
un tiempo que ya no se olvida.
Eso es lo que nos sobrevive:
como el esqueleto de la ballena
que queda varado en la playa
y demuestra que hubo ballena.
Como la bufanda y el sombrero
de un muñeco de nieve.
David Eloy Rodriguez