No nos ha tocado la lotería.

La vida sigue igual.

Bueno, pues ese nombre tan largo indica simple y llanamente, que sacan un examen y dicen la nota y de quién es. Eso es todo... Empiezan a pasar los minutos y el Presidente del Tribunal va sacando los exámenes y leyendo los numeritos: el 100-millones-200-mil-100, tiene 17 puntos, y es de.......................................... Y en ese momento viene lo bueno, porque si recordais ya expliqué en un post anterior que al hacer el examen se separaba el examen propiamente dicho (la hoja de contestaciones), de la copia para el opositor y del resto del papel (que se llama PLICA). Bueno, pues 12 funcionarios (12, ni más ni menos) con un taco de exámenes cada uno en la mesa buscando dicho número.

Y aquí viene lo gracioso, porque a mi me da que el presidente del Tribunal es medio gangoso o algo, porque cada cinco exámenes leía mal el número y se montaba la de dios. Y aparte, los de la mesa no se enteraban porque los números del examen tenían 9 cifras!!!!, y claro, quién se acuerda de un numero así para ir buscando entre 1200 exámenes el correcto.

Pues eso, lo que podéis suponer, a las 17.30 llevaban leídos unos 70 exámenes sólo de los más de 300 aprobados, así que decidí largarme y mirar la nota en el tablón cuando salga. Total, si he suspendido, para qué complicarme más la vida. Mejor suerte la próxima vez.

Para comer salimos a la calle a un restaurante de al lado del hostal, y justo nos encontramos con una manifestación que empezaba ahí. Nada, que empiezan a pasar niños con globos, mayores, payasos, una banda musical subida a un carromato y mucha gente chillando como sin orden ni concierto. Nosotros comemos, y ya nos vamos a dar un paseo por la ciudad. Entramos en una juguetería donde hay un bombonazo atendiendo (coincidmos los 4 en ello, cosa rara, pero cierta); salimos y volvemos a entrar y volvemos a salir.

Luego paramos por un café y hacemos el chou de la cruz roja en una tienda y ya las amigas de Miguel tenían que pillarse el tren; así que nosotros nos preparamos para salir. Entramos en un par de bares y poco más, porque la cosa iba de mal en peor.

Yo soy una persona que no acostumbra a ponerse nerviosa, pero en esta ocasión estaba que me subía por las paredes de la estación; Hasta migAstro (que también es persona relajada) me dijo que me calmara, lo cual da idea de cómo andaba. Bueno, pues por fin sale el bus. Se va acercando la hora del embarque y por fin a las 14.25 llego al aeropuerto de Venezia. Salgo corriendo por la terminal, pregunto en información y .... afortunadamente!!!!! el vuelo a Madrid salía con diez minutos de retraso, por lo cual allí estaba todavía la chica de la facturación. Facturo mi maletilla, y me voy a la puerta de embarque, gracias a este retraso, llego a tiempo!.

Y bueno, así transcurrió un bonito finde semana en Italia, corriendo de un lado para otro y acumulando retrasos, pero francamente mereciendo la pena.

Cambiamos a la MTV y vemos en una hora el mismo videoclip 3 veces. Una canción en español horrorooooooooooooosa de un grupo de sudacas llamado Aventura. Allí en Italia, parece ser que está pegando fuerte. De hecho en el Hitlist Italia decían que llevaba 8 semanas número uno. Pero en serio, que Grosa de España al lado de esta cosa es la rebomba. Aquí os dejo un trocito de la letra, no tiene desperdicio; en la web de la MTV teneis el videoclip, pero antes de verlo sentaros no vaya a ser que os caigáis del susto:
-El-
Yo se que le gustaba y le di una mirada con pal de palabritas tu numero me dio
Del cellular llamaba y tu no contestabas
Luego te puse un bipper y no habla coneccion
Mi unica esperanza es que oigas mis palabras
-Ella-
No puedo tengo novio
-El-
No me enganches por favor
-Ella-
No, no es amor
-El-
Escuchame por favor
-Ella-
Lo que tu sientes
-El-
Que es?
-Ella-
se llama obsesion una ilusion

Dado el estado semi-etílico decidimos que ya es hora de salir a la calle. Habíamos visto recomendada una disco, llamada Kinki, así que hacia allí nos encaminamos. Es un sitio tremendo. En la web aparenta mucho, pero luego na de na. Es una pseudo sala, en la que según entras tienes un sitio con luz y gente hablando, luego viene una barra pequeñísima, luego una pista de baile y luego un sitio con sillas para sentarte. Y ya, eso es todo, en 300 m2 está todo concentrado. Según entras te sellan, debe ser por si te arrepientes. Y luego te clavan 15 euros, eso sí la copa te la dan en vaso de plástico, el Duralex a Italia no ha llegado aún. Entre la gente que allí había, pues lo más curioso era un tipo haciendo meditación o yoga, yo que sé, ahí en medio. Aparte claro, los típicos viejos ligones que no paraban de acercarse a nuestras amigas, pero bueno.

Lo que tiene Europa es que a las 5 cierran todo, y te quedas en la calle. Pos eso, a las 5 nos vimos tirados en la calle, así que nos fuimos a dormir dado que no había otra cosa mejor que hacer.
Mañana: Último capítulo: Sádado, sabadete ... bien aburridete y ponporonponpón que pierdo el avión.

Bueno, pues como ya había dicho me iba a Italia este finde, así que vamos con la crónica de un finde bastante accidentado. Para que no salga un post larguísisisisisimo lo voy a contar en
capítulos.

Bueno, pues llega la hora de embarcar, nos montamos en el avión, y cuando arrancamos, era la hora a la que supuestamente ya tenía que estar en Venecia: ¡las 20.30!. Llego allí, recojo el equipaje, me encuentro con Miguel y el autobús que teníamos que pillar se nos escapa por los pelos. Así que un cuarto de hora de espera. Llegamos a Venecia en el siguiente autobús y vamos a la estación de tren. Miramos el horario del próximo tren a Padova y es a las 3.07. Eso significa tres horas de espera en la estación. De pronto Miguel, dice que qué raro que no haya ningún otro tren. Así que miramos el horario oficial de los carteles de la estación, y resulta que no!, que el siguiente tren es a las 5.07. El tren de las 3 es un tren fantasma!!!!!!. AAAAAAAhHHHhhHHH!!!!!!!!!, la que nos espera por esperar (toma frase).

Pues eso, ante la dura realidad de ver que faltaban cinco horas para nuestro tren decidimos echarnos en el suelo a dormir un ratillo. Cuando por fin nos empezamos a dormir, aparece el vigilante y nos hecha a la puta calle, a nosotros y a los otros cinco que había durmiendo allí. En estas que nos vemos, en la calle, en Venecia, diluviando, con una maleta y con todo cerrado. Decidimos irnos a ver la Piazza San Marcos. Andamos 40 minutos bajo la lluvia, y al llegar estaba inundada la plaza, con las pasarelas peatonales puestas. Bueno, pues regresemos al tren!. Ya os podéis imaginar la escena: dos tipos caminando con una maleta a cuestas, bajo la lluvia, en una ciudad inundada, medio a oscuras... Pasamos por delante de dos policías que nos miran como quien lleva un cadáver, y de pronto decidimos parar a fumar. Nos sentamos en un soportal que resulta ser la puerta de un hospital. Fumamos, comemos galletas, vemos llover ...

Y así, ya tras un rato llegamos a la estación de tren. Allí, vemos un tipo con un trabajo muy curioso. Resulta que por las noches hay un tipo subido a una carretilla, dando vueltas por la estación y fumando. Ese es todo su trabajo. Pero ni dice nada ni hace nada, simplemente pasea subido a su carretilla y fuma y se te queda mirando desafiante.

Por fin nos subimos al tren y comprobamos que sólo viajan pandoros. Bueno, pues nada, ahora a no dormirnos, cosa que hacemos, y finalmente llegamos a casa. Total: para recorrer 30 kilómetros, hemos tardado apenas 6 horas.
[Continúa ...].