Este primer post quería tratar otro tema, pero encontré este simpático artículo de José Miguel Rodríguez Antón en la revista madrid+d que describe los problemas de comunicación que existen en la vida, con el ejemplo de un intercambio de notas entre el personal del hotel y un cliente. (...y todo por unos jaboncitos)
"Estimada Sra. de la limpieza:
Por favor, no vuelva a dejar más de esos jaboncillos en mi cuarto de baño. Tengo mi propia pastilla de jabón de tamaño normal y no utilizo esos jaboncillos. Por favor, llévese los seis jaboncillos que están junto al grifo del lavabo y los otros tres de la jabonera de la ducha. Sólo sirven para molestar.
Muy agradecido. Sr. Rodríguez"
"Estimado Sr. Rodríguez:
No soy la camarera de pisos que atiende habitualmente su habitación. Hoy libra, pero mañana podrá atenderle. Sin embargo, siguiendo sus instrucciones, he retirado los seis jaboncillos del lavabo y los otros tres de la jabonera de la ducha y los he puesto encima del aparatito de toallitas Kleenex pos si cambia de opinión. Así que sólo observará los tres jaboncillos que he dejado hoy siguiendo las órdenes de la gobernanta. Espero que esto sea satisfactorio para usted.
Mary, camarera de pisos de apoyo"
"Estimada camarera de pisos:
Espero que sea mi camarera de pisos habitual. Parece ser que Mary no le trasmitió mi deseo referente a los jaboncillos. Cuando regresé a mi habitación me encontré que usted había añadido tres jaboncillos al estante de debajo del botiquín. Voy a estar veinte días en el hotel y no necesito para nada esos seis jaboncillos del estante. Me molestan cuando me afeito o me lavo los dientes. Por favor, lléveselos de ahí.
Sr. Rodríguez"
"Estimado Sr. Rodríguez:
El pasado miércoles fue mi día libre, por lo que la doncella suplente dejó los tres jaboncillos como manda la gobernanta que se haga a diario. He recogido los seis jaboncillos del estante que, al parecer le molestaban en su aseo personal, y los he puesto en la jabonera de la ducha, donde había una pastilla de jabón que, al parecer, le pertenece. Esa pastilla la he guardado en el botiquín por la falta de espacio en la jabonera. No he movido los tres jaboncillos que habitualmente se guardan en el botiquín para el caso de entrada de un nuevo cliente en la habitación y que, al parecer, a usted no le molestan. Por favor, dígame si puedo serle de alguna otra ayuda.
Su doncella habitual, Lucía"
"Querido Sr. Rodríguez:
El director del hotel me ha informado esta mañana de que usted le llamó la pasada noche y le dijo que no estaba satisfecho con la atención del servicio de limpieza de habitaciones. Le hemos asignado una nueva doncella y espero que acepte nuestras disculpas por las molestias sufridas. Si desea presentar cualquier otra queja me gustaría poder atenderle personalmente. Llame a la extensión 50 de 9h 00 a 18h 00 y le atenderé muy gustosamente.
Un cordial saludo, Luisa Márquez, directora de Relaciones Públicas"
"Estimada Srta. Márquez:
Me es imposible ponerme en contacto telefónico con usted porque abandono el hotel muy temprano y regreso después de las 18h. Por ese motivo llamé al director ayer por la noche. Tan sólo le solicité si podía hacer algo con mi problema de los jaboncillos. La nueva doncella que han asignado a mi habitación ha debido de pensar que acabo de llegar al hotel y, por ello, ha dejado tres jaboncillos en el botiquín de mi habitación y los otros tres que diariamente reparten por habitación. En cinco días llevo amontonados veinticuatro jaboncillos. ¿Por qué me hacen esto?
Sr. Rodríguez"
"Estimado Sr. Rodríguez:
Su doncella ha recibido órdenes de dejar de repartir jabón en su habitación y de llevarse todos los jaboncillos. Si podemos serle de más ayuda no dude en llamarme a la extensión 50 de 9h 00 a 18h 00 y le atenderé muy gustosamente.
Un cordial saludo, Luisa Márquez, directora de Relaciones Públicas"
"Estimado Sr. Director:
Mi pastilla de jabón -tamaño normal- ha desaparecido. Se han llevado todas las pastillas de jabón de mi habitación, incluida la mía. Ayer noche llegué tarde y tuve que llamar al botones, que subió con cuatro botecitos de champú y un bote grande de gel de baño.
Sr. Rodríguez"
"Estimado Sr. Rodríguez:
He informado a la gobernanta de su problema con el jabón. Sinceramente, no puedo imaginar el motivo de su problema ya que todas las camareras de pisos tienen órdenes estrictas de repartir diariamente tres jaboncillos por habitación. He cursado las órdenes necesarias a fin de resolver su problema. Por favor, acepte mis más sinceras disculpas por las molestias causadas.
Manuel Fernández, director del hotel."
"Estimada Sra. Márquez:
¿Quién demonios ha dejado cincuenta y cuatro jaboncillos en mi habitación?. Esto es lo que me encontré anoche al llegar a mi habitación. No quiero para nada esos cincuenta y cuatro jaboncillos. Tan sólo quiero mi maldita pastilla de jabón, tamaño normal, corriente y moliente. Le ruego me la devuelvan.
Sr. Rodríguez"
"Estimado Sr. Rodríguez:
Usted se quejó de demasiado jabón en la habitación y, por ello, mandé que le retirasen todo. Entonces usted se quejó al director de que su jabón había desaparecido y, personalmente, me ocupé de restituirle los veinticuatro jaboncillos que habían sido retirados y los tres que le corresponden diariamente. No sé nada de un jabón tamaño normal. En este hotel no se usa este tipo de jabón porque resultaría demasiado derroche, aparte de ser antihigiénico que los clientes compartan pastilla. A cambio le dejé tres botecitos de gel de ducha que he dejado en el botiquín. Al parecer, su doncella no sabía que yo había llevado personalmente los veintisiete jaboncillos y ella también le llevó otros veinticuatro jaboncillos y los tres que le corresponden diariamente. Espero que no tenga más motivo de queja.
Luisa Márquez, directora de Relaciones Públicas"
"Estimada Srta. Márquez:
Le remito esta breve nota para ponerle al corriente de mi actual inventario jabonero. Al día de hoy tengo en mi poder:
En el estante del baño: dieciocho jaboncillos en cuatro montoncitos de cuatro y un montoncito de dos.
Encima del aparato de toallitas Kleenex: once jaboncillos en dos montoncitos de cuatro y un montoncito de tres.
En el estante del armario ropero: tres botecitos de gel de baño, un montoncito de cuatro jaboncillos y tres botecitos de champú.
Dentro del botiquín: doce jaboncillos en tres montones de cuatro.
En la jabonera de la ducha: seis jaboncillos cuasi convertidos en sopa de jabón.
En la esquina noroeste de la bañera: un bote de gel de baño a medio usar.
En la esquina nordeste de la bañera: seis jaboncillos en dos montones de tres.
Por favor, pida a mi doncella que cuando limpie mi habitación procure quitar el polvo a los montoncitos de jabón y que los deje bien ordenados. Dígale también que si los apila en montones de más de cuatro tienden a caerse. ¿Podría sugerir que los futuros aprovisionamientos de jabón se almacenen en el marco de la ventana? A mi humilde entender es un lugar ideal y, todavía sin usar. Una cosa más: he comprado otra pastilla de jabón de tamaño normal que deposito a diario en la caja fuerte de mi habitación.
Atentamente. Sr. Rodríguez"