Son las 16.36 de la tarde y a punto estoy de salir de compras, a rellenar la nevera y los estantes de la despensa.
Hace sólo 1 hora y media me subía del sótano con las manos llenas de colores, más bien diría bañadas de rojos con cierto aire amarillento. En definitiva, que he estado coloreando el dibujo de María y además de ceras he usado tizas.
De los pantalones ni te cuento, pues sirvieron en su momento de paño de sobras. Un arcoiris a brochazos, bueno, a manotazos.
Las flores de su Jardín del Edén salpicados por intensos colores vivos en armonía con los azules del lago y el blanco de los cisnes. Y allí arriba, lo que sería más bien el fondo del paisaje, allí en el horizonte donde la mirada se escapa, un precioso cielo preparado para el atardecer, entre rojos y amarillos, anaranjados de los que parte me los llevé en las manos al lavabo.
Y aquí sentada en la buardilla presto en esta pantalla parte de hoy.
A mi izquierda la ventana, y desde ella la veleta de la brujita, volando en la escoba hacia el castillo de los duendes y dragones. Siempre mira, siempre vuela, hacia el mar, hacia África. ¡Qué parajes se encontrarán en aquellas tierras que esta buena señora siempre tiene en su vuelo!
Tras ella, la chimenea de la que formidable empresa que un dia fue. Hace décadas dejó tras de sí recuerdos y sabores, chiquilladas y escapadas, broncas y robos entre sus muros.
Hace años se cerró la Azucarera de este pueblo que aún recuerdo claramente el robo de la caña para chupar y masticar, entretenidos mientras jugábamos a las canicas o en tanto regresábamos a la Caleta por el Paseo, cuando entonces tenía abuelita.
Abuelita que murió en el mes de Septiembre de 1992, recién mudados a esta casa en la que hoy vivo y de la pronto marcharé.
Escrito por khardaia a las Marzo 15, 2005 05:21 PM"Siempre mira, siempre vuela, hacia el mar, hacia África. ¡Qué parajes se encontrarán en aquellas tierras que esta buena señora siempre tiene en su vuelo!"
En cambio, desde África, miles de personas sólo miran al Norte, al otro lado de ese Estrecho que es demasiado ancho para algunos... Y no hablo sólo de emigrantes que dejan sus vidas en él, en un sueño, sino de alguna Isla que lo surca, pero que nunca termina de quedarse en ninguno de los dos lados.
Escrito por Itaca a las Marzo 15, 2005 08:21 PMMi "brujita veleta" mira hacia África, el lugar donde tantas historias de Egipto pude conocer de niña; allí, en el país de Guinea donde un amigo espera las cartas que todos los meses nos mandamos; allí donde una amiga espera el momento de surcar las mareas que le separa de su sueño (creo).
Desearía que pronto acortárais las distancias.
Besos.