Un dia sin igual, diferente y con muchas chorradas aún por delante que hacer, y otras que contar en el silencio de la vela que me alumbra esta noche.
Una botella de Sheridans en la mesa con una copa, y cubitos... no tengo pero da igual, la botella está fresquita.
Ya he conseguido hacer los cambios en las plantillas dichosas del blog para que la gente que quisiera pudiera responder.
He descubierto algo en la chimenea. Tenía que limpiar el cristal que me protege de las llamaradas y olvidé hacerlo cuando estaba apagada. Una vez encendida, le he echado el limpia cristales y se ha evaporado enseguida, muy lógico, pero lo alucinante es que lo ha dejado limpísimo. jajaja no me ha hecho falta pasarle ningún trapito. Esa ideal, la verdad, no se me ocurre sin alcohol en las venas. jajajaja
Y siguiendo con el tema, me kedo absorta mirando las llamas rojas, naranjas, amarillas... Cuando le abro el tiro, zas, todas se lanzan al vacío e iluminan esta habitación. Por otro lado, Silia se asusta y se despega de la chimenea, o bien mira fíjamente el fuego como esperando una respuesta. Cansada de esperar, me mira queriendo quizás un mimo, y se vuelve a tumbar, a conciliar el sueño, imagino. ¡Quien fuera perro!
Ésta se olvida de todo, comer, dormir, jugar y salir a hacer caquita al campo, ala eso es lo q le importa. A veces me asusta con los ronquidos o los sobresaltos que tiene cuando duerme, aulla o gruñe, o bien mueve las patitas simulando q anda o corre. Bien sólo lo sabe ella.
Hoy he llamado al CSIC y me han dicho que he sido admitida en el proceso de selección. Una gozada por un lado porque eso significa q he echado bien la documentación, pero aún keda lo peor (y que yo desconocía), que los distintos centros donde me inscribí me admitan por la puntuación. No se cuánto tengo, pero dado que aún no he currado de lo mio, pues muy poquito, sólo los cursos, sí esos que te cuestan un huevo y solo te valen para eso, para puntuar.
Ojalá las cosas salgan.
El próximo Otoño dejo mi casa, la casa donde he vivido durante 13 años y me marcho a Sevilla, a vivir una nueva Vida, una vida diferente donde hacer nuevos amig@s, nueva gente a quien mirar en la calle y en las salidas por las noches y en los bares, en las plazas, en una ciudad. Dejaré este pueblo costero y me sumiré en el caos de la ciudad, la tan llamada por ellos como la capital de Andalucía (y un cuerno para quienes lo crean). Si no entro antes con esto del CSIC, entonces tendré q buscar curro de algo para pagar el piso junto a Reverte, y dicho ya, para ahorrar.
El hombre lo intenta, me lleva a todos los lugares que sabe que me gusta, como por ejemplo a la calle Agua, donde descubrí (alucinada) un par de columnas romanas, increiblemente grandes con varios metros de diámetro de grosor y 10 metros por lo menos de altura; o por la muralla en el mismo centro de Sevilla donde quieren construir el metro, o por las callejuelas de Triana y junto al río.
Yo he elegido irme, pero quizá sea miedo lo q siento. Mi madre y mi padre me dice cositas que hacen q pensar. Pronto viviré en una ciudad extranjera y de interior (yo, una chica que necesita respirar el mar y su brisa, una chica a la que no le gusta las ataduras sociales, aunque cueste creerlo).
Hoy estoy sóla en casa, mis padres se han ido de vacaciones (de finde) a las Alpujarras. Mi hermano anda por ahí con l@s amig@s, y yo akí con la botella de Sheridans, la chimenea, un disco de Aute y Silia acosando al fuego.
Y con mis historias a otra parte, me voy a machacar un poco la armónia.
Fin de la conexión.