Algún dia marcharé a tierras asturianas, las tan soñadas en tantos años.
Llevamos unos dias hablando del tema,y recordando (yo por mi parte) las veces que he pisado Asturias.
Hubo un tiempo en que pasaba largas noches leyendo las historias de todos cuantos libros pude obtener: Hadas, duendes, trasgos, cuélebres, xanas.. Con muchas de ellas las noches se hicieron oscuras y tenebrosas, durmiendo con la luz de la lamparita de mi habitación o una linterna bajo el almohadón.
Recuerdo aquel verano del 99 en que me separé de mis padres en una excursión que hicimos por unos de los bosques ástures. Conmigo portaba un libro q unos dias atrás ellos mismos me regalaron. Bien, pues como digo me separé del grupo, yendo por donde ví conveniente pero no paré a mirar el recorrido que estaba haciendo. Después de un rato andando, me senté bajo un árbol y abrí una de las páginas.
"Una antigua leyenda relata que un joven, quien una noche recorría el camino rural entre dos pueblos, se sintió de pronto cautivado por una música mágica, pero al no poder localizar su procedencia, decidió recostarse debajo de un fresno para escuchar. A la mañana siguiente, al despertar, comprobó con sorpresa que el árbol, que con sus hojas lo había protegido del rocío nocturno, ahora se encontraba totalmente seco. Intrigado, regresó a su hogar, para encontrarlo deteriorado y con sus muros cubiertos de hiedra.
Junto a la puerta de entrada pudo ver a un anciano tomando el sol sentado en un banquito, quien preguntó a éste qué deseaba.
Sorprendido, el chaval respondió que sólo el dia anterior había dejado a su padre y a su madre en esa misma casa para dirigirse al pueblo vecino, y que no entendía cómo se había producido aquel cambio.
Entonces el anciano le preguntó su nombre al cual el muchacho respondió.
Al oir las palabras que el chico pronunció, el rostro del anciano se puso totalmente pálido, comenzó a temblar y sin dejar de mirarle le contó:
- Cientos de veces he oído a mi bisabuelo (tu padre) contar la historia de tu tan enigmática desaparición.
El muchacho que no terminaba de creerse la historia de aquel vejete, cayó al suelo como herido por un rayo y se convirtió automáticamente en polvo sobre el umbral, sin que quedara de él ni la ropa que vestía."
Leí la historia a toda velocidad conforme imaginaba el final de la leyenda.
Es sólo una leyenda, me dije, pero quién se lo cuenta al inconsciente, el encargado de mis miedos, sueños y temores.
Sí, una historia, pero estaba allí sóla en medio de la nada, un montón de árboles y ni una sóla voz de quien pudiera reconocer.
¿Mi móvil? No tenía cobertura. Mierda.
Los nervios ya empezaban a alertarme, estaba perdida y ya no era la historia de aquel libro (que por supuesto podía enfatizar), sino que no tenía ni idea de cómo salir de allí.
Mil vueltas di hasta encontrar algo que me recordara algo, una señal en el camino que pude tomar antes de estar ahí.
Entre tanto pensar y concentrarme olvidé poner atención a los ruidos.
¡Jiijijiji..jajaja..! Unas risas suenan cerca pero no diviso a nadie. (Mientras pienso: ¿Y si existen de verdad los duendes que están escondidos? No es posible, todo es pura fantasía).
ZASS y mi querido hermano sale de detrás de uno de los inmensos árboles cercanos de donde yacía.
Ahora me río, pero el miedo que se pasa cuando se está perdido en el bosque y si te acompañan además libros como éstos, es horroroso. Y si encima está tu hermanito esperando el momento para acojonarte, entonces es la leche.
Aunque luego llegue la hora de la venganza...
holas! tengo que decir que con tan sólo leer frases así te hacen pensar, me están entrando ganas de leer el libro je je je, aunque ya tengo unos cuanto en cola; pero con tiempo todo se logra. Los sueños están para hacerse realidad y si no, no es tiempo perdido es tiempo que se deja para que los que vengan detrás sepan a preciarlo y piensen y poco a poco se avance y se llegue a ese sueño. Un beso
Escrito por lluna a las Enero 30, 2005 01:48 AM