Se echó al monte la utopía
perseguida por lebreles
que se criaron en sus rodillas,
y que al no poder seguir su paso
le traicionaron, y hoy funcionarios
del negocio de sueños dentro de un orden
son partidarios de capar
al cochino para que engorde.
¡Ay! Utopía,
cabalgadura que nos vuelve
gigantes en miniatura.
¡Ay! Utopía,
dulce como el pan nuestro
de cada día.
Quieren prender a la aurora
porque llena la cabeza de pajaritos,
embacaudora que escandila
a los ilusos y a los benditos,
por hechicera,
que hace que el ciego vea y el mudo hable,
por subversiva,
de los que está mandado, mande quien mande.
¡Ay! Utopía,
incorregible que no tiene
bastante de lo posible.
¡Ay! Utopía,
que levanta huracanes
de rebeldía.
¡Ay! Utopía,
como te quiero!
porque les alborotas el gallinero.
¡Ay! Utopía,
que alumbras los candiles
del nuevo día.
UTOPÍA, por Serrat
Escrito por khardaia a las Febrero 8, 2004 11:26 PM