Los estudiantes, todos, son seres puros,
A pesar de no entender ninguna lengua viva
El primer mensaje de los seres
En estos tiempos de incertidumbre económica ha aumentado el número de tarotistas de la noche a la mañana y cualquiera hace un curso y ya dice que es tarotista. Y esto no puede ser así de ninguna de las maneras, porque podríamos terminar
La crisis ha traído más clientes y ha cambiado su perfil. Más ejecutivos y gente
Roberto Sánchez Colmenarejo se fumó el primer porro, acompañado de su padre, a los once años. A esa edad ya se había calzado al menos doce veces a su vecina Fernanda y lucía mostacho resultón. Casimiro Sánchez Fernández, su padre, era de la opinion que los porros no son malos, lo malo son las sobredosis o bajodosis, las composiciones alteradas fraudulentamente, su prohibición y lo que uno pueda hacer bajo los efectos; pero esto, si es reprobable bajo los efectos, lo es bajo sobriedad también; luego por qué involucrar a los petas en ello.
Ahora RSC tenía o era diecisiete años. No había cotizado nunca a la Seguridad Social a pesar de haber abandonado la educación reglada a los ocho años y generado ingresos para su manutención, Manuela y prole desde entonces.
Su pasión era el júrgol. Le llenaba de alegría y confianza en la justicia cósmica y existencia de un dios bueno el que alguien con menos cerebro (pieza que al parecer nos distingue
El puto menisco frustró su caso. Pero su deep burning inside no murió. Algún chavalín de su barrio (relación filial no necesaria) llegaría y él habría contribuido de algún modo; aunque sólo fuera llevándolos de ocho en ocho en su Toyota Corolla XLI negro a entrenamientos o partidos.
No lo vió coño no lo vió. Los policías locales siempre allí apostados para que los más débiles caigan. Volvían de un entreno y él no había fumado más que cualquier otro día. Se salió un poco de la curva y empotróse sin violencia aparatosa con el vehículo de trabajo de la autoridad. No hubo daños personales y los materiales... vamos no me jodas.
María es toda una mujer de pelo en pecho. Vivía con su mudo amante Rob. Una tarde descubrió a Rob ejerciendo de coprófago a escondidas. Tras saberse observado, Rob no paró en su actividad y se limitó a mirar de reojo mansamente a su hasta entonces amante
Su apetito de venganza empezó a saciarse pronto. Los cinco metros de vestíbulo que le separaban
Debería terminar con el castigo. La pena, para ser justa, debe ser proporcional a la ofensa. Ya pero es que estoy disfrutando mucho. Mi vida alcanza raramente estos niveles de entretenimiento. Además presiento mi impunidad. Nadie sabrá nunca de mis acciones. El que Rob sea mudo ayuda. Procuraré no dejarle marcas. Una vez leí un consejo que un imam daba a maridos que no vivieran en sociedades musulmanas. Naranjas en una bolsa no magullan a tu esposa o esposas (hasta cuatro son vistas con buenos ojos por Alá).
Al día siguiente Rob estaba menos cariñoso que de costumbre. Todo fluyó pacíficamente hasta que Rob exigió más atención de la que María estaba dispuesta a concederle. Tres certeros cogotazos le hicieron comprenderlo.
La relación estaba irremediablemente rota. María fue consciente de esto desde el primer momento. ¿Está la violencia justificada en algún caso? La violencia genera más violencia. María ya llegaba a casa después
Rob terminó pagando por todo. Un mal día de trabajo de María. Alguna zorra manipuladora que maltratara a María por envidia. Cualquier cosa. Las humillaciones y vejaciones sufridas por Rob fueron variadas pero finitas en número y días. Fue orinado sobre su cabeza. Restregada su cabeza sobre su mierda en el suelo. Arrojado por una escalera de veinte peldaños. Apaleado. Zarandeado. Lanzado al aire con estación de destino única suelo duro.
Rob temblaba cuando María se le acercaba. Error. Esto excitaba y ponía todavía más cachonda a María. No se puede hablar de sadismo porque la crueldad no era refinada. María era simplemente proterva. Obstinada hasta que dejó de vivir con Rob pero esperando al siguiente. Los resortes están ahí.