España como operación política catalana

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Cuando leí que Fernando de Aragón había sido el modelo sobre el que Maquiavelo había escrito "El Príncipe", me quedé bastante sorprendido. La verdad es que no nos ha quedado una imagen muy marcada de este rey, si tenemos en cuenta todas las pequeñas leyendas que han quedado de su esposa Isabel: que financió el viaje de Colón empeñando sus joyas (y por eso las colonias americanas eran propiedad de la Corona de Castilla); que juró no cambiarse de camisa hasta conquistar Granada; que preguntó a Nebrija por qué debería financiarle una gramática que enseñaba una lengua que ya sabía; y, para los frikis de la historia medieval, que salió de su ceremonia de coronación con la espada desenvainada para reclamar el trono.

Esta última historia me hizo pensar en otro texto que leí en el Instituto, según el cual Isabel logró gracias a Fernando la victoria en la guerra civil contra los nobles castellanos, que preferían una alianza con Portugal "por ser ésta la salida natural de Castilla al mar", y apoyaban a su hermana, o prima, Juana. Por eso tuvo que salir de su ceremonia de coronación con la espada -- no exactamente peleando, pero como demostración de fuerza.

¿Era Fernando, entonces, el manipulador en la sombra de Isabel?

La importancia de "El Príncipe" es que mezcla el mundo dinástico medieval con una mentalidad política más moderna y menos mítica: el Príncipe usa todos los medios necesarios para agrandar su Estado, que es poco más o menos su finca personal. Esto es una modernización de la visión medieval, que en su versión extrema, en las leyendas del Rey Arturo, llega a identificar el cuerpo físico del rey y su salud con la fertilidad del reino. Pero no hay que perder de vista el elemento medieval que queda: el reino no tiene ni dinámica económica ni cultura propia, es entendido como un sujeto subordinado al rey, totalmente intercambiable. 

Fernando hizo la mejor jugada posible desde estas premisas: agrandar su patrimonio personal con un mínimo de riesgo, apoyando al partido que más le favorecía en el reino vecino. No sólo obtuvo Castilla (en teoría), sino al ejército castellano para llevar a cabo su política en Italia.

Pero desde el punto de vista nacional y social, Fernando estaba equivocándose, porque estaba diluyendo su reino en otro más poblado, más dinámico y sin una crisis económica galopante.

Desde este punto de vista, el "Tanto monta, monta tanto" se lee de otra manera: viene a decirle a Fernando que la reina de Castilla es Isabel y no él; un argumento, en realidad, puramente nacionalista, porque Fernando era legalmente rey de Castilla. Una vez muerta Isabel, sin embargo, Fernando no gobernó jamás en su reino adquirido. Su política italiana, a pesar de sus grandes éxitos, se atribuyó a un general castellano; e incluso, ha preferido olvidarse en la conciencia nacional, a favor de las guerras de Flandes, que, aparte de tener mayor atractivo masoquista por ser todas derrotas, sí se basaban en intereses históricos y económicos castellanos.

Los rasgos míticos de Isabel pueden ser reales, o pueden ser una reelaboración histórica posterior, para enterrar la injerencia política exterior, y la reacción nacionalista, bajo el aspecto de una relación personal. Así, España es una unión entre iguales, en vez de ser la iniciativa expansionista de un rey catalán. La interpretación oficial de la historia le ahorra por un lado la vergüenza a Castilla de haberse dejado manipular políticamente, y también le ahorra a Cataluña la vergüenza de haberse dejado sobrepasar militar y culturalmente. La victoria tiene cien padres, pero la derrota es huérfana.

Consentidos o ignorantes

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Nada mejor para asegurar la estabilidad de una organización que usar razonamientos circulares, que nos devuelvan siempre al mismo punto. Nada mejor para asegurar que la democracia no cambia nada que basarla precisamente en la ausencia de cambio. 

El razonamiento circular, en este caso, es que la gente que no paga impuestos no tiene derechos ante el resto de la sociedad, pero el que sí los paga no tiene interés en gastarlos en los primeros. Así, los estudiantes son una elite consentida, pero a la vez unos imberbes sin experiencia. Nos mandan lo que debemos hacer, pero a la vez no tienen ninguna expectativa realista de cambiar los planes de Bolonia. 

En realidad, la Policía lo que hace al pegar a los estudiantes es defender a los trabajadores que les pagan con su sudor los estudios. Y cuando la Policía pega a los trabajadores, bueno, lo que hace es mantener el orden social que privilegia a los universitarios. 

Este razonamiento circular, como todos los que están basados en la desconfianza, resulta destructivo: los trabajadores están interesados en pagar una buena educación a la siguiente generación, porque son los que a su vez les pagarán la jubilación. Y los estudiantes deberían saber que las relaciones laborales existentes son las que se les aplicarán a ellos en cuanto salgan del redil. 

La democracia, como la mecánica cuántica, es totalmente determinista, siempre que se parta de un estado inicial conocido y no se perturbe el sistema con observaciones externas. Una y otra vez, volvemos al mismo punto: quienes nos critican son consentidos o ignorantes. 

(Y dicho esto, yo estoy a favor de Bolonia. Incluso más: yo no permitiría que dé clases nadie que no haya trabajado jamás.)

Seres puros

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Los estudiantes, todos, son seres puros, como los ángeles, pero sexuales (se intenta). A pesar de carecer de experiencia y apenas haber pagado nunca por nada (por motivos temporales), su comprensión de la realidad es superior a la del resto de los ciudadanos. Cuando muestran públicamente sentimientos de grupo lo hacen exquisitamente. No hay insultos, no vuelan objetos contundentes hacia miembros ajenos al grupo, y se respetan escrupulosamente los límites temporales y espaciales que para el evento marca la ley. ¡Cómo es posible que no podamos impedir durante más de 77 horas todo tipo de actividad laboral o de ocio del resto de la sociedad en vías públicas principales! Si lo hacemos por ellos, por su libertad y bienestar. Cuando la autoridad les informa de la ley. Ellos la siguen con civismo intachable. La fuerza es innecesaria. Esto es algo admirable y el resto de la sociedad debería agradecerlo de corazón (y no sólo pagando por su formación). Las leyes no deberían aplicarse a los estudiantes. Están por encima. Son la vanguardia que tira de la sociedad hacia el paraíso del progreso. Y la sociedad, obtusa, se da leyes (y pone medios para que se cumplan) que dificultan su avance. Y encima, los policías se aporrean entre ellos para que luego, los manipuladores medios de información (incluso los más progresistas) informen de más heridos entre las filas policiales que entre las estudiantiles. Nunca máis.

Viva mi barrio, coño

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Narración alternativa de la Guerra Civil

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Érase una vez un general de voz aguda y pantalones bombachos que vivía en las Canarias. Un buen día se subió a su dragón rápido, a ver si podía salvar España del comunismo. Mientras el malvado comunismo quemaba iglesias, el general trajo moros de África y bombas de Alemania, que al final, salvaron a los españoles. Los que quedaban, claro. Y colorín colorado, pero no demasiado colorado, este cuento se ha acabado.

Nymegade

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A pesar de no entender ninguna lengua viva del planeta azul, exceptuando la suya materna, E. S. Ortigueira es presidenta de la Asociación Mundial de Videntes. Ella se expresa y escribe pulcramente también en nymegade. Para desarrollar su trabajo esto constituye una ventaja considerable. Aunque sólo sus más íntimos lo saben, traductora simultánea se ajusta más a su desempeño profesional que vidente.

                                          

El primer mensaje de los seres del océano de agua salada le llegó cuando su padre perdió el empleo en la fábrica. Sólo después de repetirlo fielmente a su madre en voz alta, cayó en la cuenta de que aquello no era gallego.

 

En estos tiempos de incertidumbre económica ha aumentado el número de tarotistas de la noche a la mañana y cualquiera hace un curso y ya dice que es tarotista. Y esto no puede ser así de ninguna de las maneras, porque podríamos terminar como los informáticos. La profesión, como los bancos, necesita de una mayor regulación y, sobre todo, un colegio profesional oficial que tenga por objetivo el facilitar el progreso continuo de la profesión en relación con las necesidades de la videncia, en particular, y de las empresas y la sociedad, en general.

 

La crisis ha traído más clientes y ha cambiado su perfil. Más ejecutivos y gente del mundo de los negocios solicitan estos servicios. Hasta noviembre de hace dos años el 83,7% de las consultas estaban relacionadas con el amor, y ahora, el trabajo es la principal preocupación de la mayoría.

Las torres

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El profeta se volvió al pueblo congregado y dijo: "Aquí podéis ver las torres, derribadas por Dios mismo hace milenios. Aquí Babilonia quiso construir hasta llegar al cielo, y vinieron hombres de todas las naciones para llevar a cabo esta obra de la soberbia humana. Pero cuando estaban a punto de llegar al cielo, mandó Dios unos pájaros de fuego que derribaron las torres, y todos los hombres que las estaban construyendo murieron de una muerte horrible, despeñados desde las alturas."

El pueblo escuchaba con atención, pero miraba alrededor por si acaso: nunca se podía saber qué espíritus rondaban por las viejas ruinas.

Siglos más adelante, el maestro entregaba un cuadro terminado: "Las dos torres de Babel". Aunque los aprendices de su taller copiaban sus naturalezas muertas y mitos clásicos en cadena, asegurándole de sobra el sustento, el maestro había producido este cuadro él solo de principio a fin, desde el lienzo, a los colores, al cuadro finalizado y envuelto, como cuando era joven. Si se sentía conmovido por la historia del ascenso y la caída de la Humanidad, o quería asegurarse fama inmortal de nuevo, no lo compartió con nadie en su taller.

Al salir de palacio, le dio dos monedas de plata a un niño harapiento que iba de la mano de su madre, cuando ella no miraba. Un gesto absurdo de benevolencia. La madre se preguntaría durante semanas de dónde sacó el niño tanto dinero.

El arquitecto se plantó ante los representantes de la Corporación Metropolitana cuando acabaron de curiosear entre las maquetas y los planos, y dijo con voz firme: "Éste no es un proyecto como los demás, ni para mí, ni para ustedes en la Corporación. Creo expresar la opinión de todos los presentes al decir que estas torres representan el orgullo de nuestra ciudad, la promesa que nuestro país le hace al mundo: prosperidad. Prosperidad sin límites, para todos los que quieran trabajar honradamente. Aquí la ciencia y la técnica nos permiten construir lo que nuestros antepasados sólo soñaron."

En su desierto, el profeta ya iba extendiendo la mano hacia el Kalashnikov.

Sin violencia aparatosa

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Roberto Sánchez Colmenarejo se fumó el primer porro, acompañado de su padre, a los once años. A esa edad ya se había calzado al menos doce veces a su vecina Fernanda y lucía mostacho resultón. Casimiro Sánchez Fernández, su padre, era de la opinion que los porros no son malos, lo malo son las sobredosis o bajodosis, las composiciones alteradas fraudulentamente, su prohibición y lo que uno pueda hacer bajo los efectos; pero esto, si es reprobable bajo los efectos, lo es bajo sobriedad también; luego por qué involucrar a los petas en ello.

 

Ahora RSC tenía o era diecisiete años. No había cotizado nunca a la Seguridad Social a pesar de haber abandonado la educación reglada a los ocho años y generado ingresos para su manutención, Manuela y prole desde entonces.

 

Su pasión era el júrgol. Le llenaba de alegría y confianza en la justicia cósmica y existencia de un dios bueno el que alguien con menos cerebro (pieza que al parecer nos distingue del resto de primates) que un mosquito ganara más pasta en un año, por pegar patadas a un balón en calzones, que la mayoría de sus congéneres en toda su vida.

 

El puto menisco frustró su caso. Pero su deep burning inside no murió. Algún chavalín de su barrio (relación filial no necesaria) llegaría y él habría contribuido de algún modo; aunque sólo fuera llevándolos de ocho en ocho en su Toyota Corolla XLI negro a entrenamientos o partidos.

 

No lo vió coño no lo vió. Los policías locales siempre allí apostados para que los más débiles caigan. Volvían de un entreno y él no había fumado más que cualquier otro día. Se salió un poco de la curva y empotróse sin violencia aparatosa con el vehículo de trabajo de la autoridad. No hubo daños personales y los materiales... vamos no me jodas.

Los capitanes de la industria

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Cuando vi la pompa que rodeaba la votación del Presidente de los Estados Unidos, se me ocurrió que, como en Francia, allí también tienen un "rey republicano". De hecho, es prácticamente lo mismo que la elección de un rey en la Edad Media: sólo puede proceder de una elite muy restringida, y el cuerpo electoral comprende por un lado a las personas letradas y por otro lado a las personas con intereses económicos fuertes. A los demás no hace falta ya excluirles: tristemente, se excluyen ellos solos. 

La ascensión de un rey en sus tiempos no era mucho más que la elección de un cabecilla militar ("Commander-In-Chief"), especialmente entre los pueblos germanos y celtas. Con una duración media del reinado en torno a los diez años, se daba también esa "sana alternancia" que tanto nos alaban, si bien no había retiro dorado para los reyes depuestos. Los celtas, en especial, ejecutaban ritualmente al rey pasado un año. Una alternancia asegurada, y además, un refuerzo de que el rey elegido verdaderamente quiera anteponer las necesidades de la sociedad a las suyas propias. En otras culturas bastaban las constantes guerras y enfermedades, sumadas a la presión genética de la parentela, en forma de envenenamientos y lamentables accidentes. 

Llevando la analogía más lejos, los capitanes de la industria son exactamente como los antiguos señores feudales: son factores de poder parcial, que pueden enfrentarse al poder real o incluso ser más poderosos que él. Su poder no proviene de la tierra, como tampoco entonces crecía el poder en los naranjos: su poder es su organización, es decir, su ejército.

Certeros cogotazos

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María es toda una mujer de pelo en pecho. Vivía con su mudo amante Rob. Una tarde descubrió a Rob ejerciendo de coprófago a escondidas. Tras saberse observado, Rob no paró en su actividad y se limitó a mirar de reojo mansamente a su hasta entonces amante como no advirtiendo que aquello no era aceptable por nuestra sociedad. María sintió una ira que no conocía. Días después cayó en la cuenta de que esa indignación podía venir de que los amantes se besan en la boca.

 

Su apetito de venganza empezó a saciarse pronto. Los cinco metros de vestíbulo que le separaban del infractor le dieron para quitarse el cinto. Con su mano derecha agarró con fuerza la hebilla y el otro extremo de su arma de cuero. Rob tenía cara de no saber lo que se le venía encima. Al primer zurriagazo en su lomo, dejó de comer. Al quinto, emitió su primer quejido. How convenient is that! - pensó la agresora. El objeto de mi enojo permanence parado a pesar de mis repetidos latigazos en lomo y costado.

 

Debería terminar con el castigo. La pena, para ser justa, debe ser proporcional a la ofensa. Ya pero es que estoy disfrutando mucho. Mi vida alcanza raramente estos niveles de entretenimiento. Además presiento mi impunidad. Nadie sabrá nunca de mis acciones. El que Rob sea mudo ayuda. Procuraré no dejarle marcas. Una vez leí un consejo que un imam daba a maridos  que no vivieran en sociedades musulmanas. Naranjas en una bolsa no magullan a tu esposa o esposas (hasta cuatro son vistas con buenos ojos por Alá).

 

Al día siguiente Rob estaba menos cariñoso que de costumbre. Todo fluyó pacíficamente hasta que Rob exigió más atención de la que María estaba dispuesta a concederle. Tres certeros cogotazos le hicieron comprenderlo.

 

La relación estaba irremediablemente rota. María fue consciente de esto desde el primer momento. ¿Está la violencia justificada en algún caso? La violencia genera más violencia. María ya llegaba a casa después del trabajo con ganas de cascar a Rob, pero primeramente y cada vez, debía encontrar un motivo razonable. Como María era primera y última instancia, todos sus motivos caían en la categoría de sensato.

 

Rob terminó pagando por todo. Un mal día de trabajo de María. Alguna zorra manipuladora que maltratara a María por envidia. Cualquier cosa. Las humillaciones y vejaciones sufridas por Rob fueron variadas pero finitas en número y días. Fue orinado sobre su cabeza. Restregada su cabeza sobre su mierda en el suelo. Arrojado por una escalera de veinte peldaños. Apaleado. Zarandeado. Lanzado al aire con estación de destino única suelo duro.

 

Rob temblaba cuando María se le acercaba. Error. Esto excitaba y ponía todavía más cachonda a María. No se puede hablar de sadismo porque la crueldad no era refinada. María era simplemente proterva. Obstinada hasta que dejó de vivir con Rob pero esperando al  siguiente. Los resortes están ahí.