Diario de una teleñeca.
Bienvenido al Diario de una Teleñeca!!
Me encanta contar las cosas que van pasando en mi entorno. De pequeña queria ser escritora, y ésta es una muy buena oportunidad. No dudes en dejar tu opinión al respecto, y volver por aquí cuando quieras.
29 de Julio 2004
Y yo buscandote a tí.
Ya no me enamoro más, lo prometo. Tenia ganas de escuchar esta canción en un directo, que es aún más bonita. Por fin la encontré, y esta es mi manera de compartirla contigo. Que la disfrutes, tanto como yo lo hice, o más. Respecto a todo lo demás, corramos un tupido velo... que seguro que pronto descorreré, todo a su debido tiempo. Es mejor así. Me refugiaré en compleja. Ahora mismo, es lo más sencillo de resolver.
Veo mil gorriones alejándose de aquí
y cientos de gaviotas abandonando Madrid,
y ya nadie distingue
si las manchas de mi ropa son de sangre o de carmín;
nadie de aquí.
Y yo buscándote a ti.
Veo nubes de humo devorando la ciudad,
veo las manchas de alquitrán que nos trae la marea del mar,
veo a un niño de apenas cinco años: cruza en rojo sin mirar
y a todos nos da igual,
nadie va a parar.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote.
Los poetas se nos mueren, pero el capital
ya se encarga de mantener ignorante al personal.
Y no lejos de tu casa alguien se muere de frío,
otros mueren de dos tiros
no lejos de aquí.
Y yo buscándote a ti.
Y sales a la calle y ves que aquí algo no marcha,
que unos pocos se enriquecen mientras el resto trabaja.
Y ya nadie distingue
si las manchas de mi ropa son de sangre o de carmín;
nadie de aquí.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote.
Gracias Isma, por prestarme las palabras, que como siempre, encajan perfectamente con mis pensamientos. ¿Lees mi mente? Supongo que ya pasaste por esto, y por otras muchas cosas que me quedan por pasar.
26 de Julio 2004
El mensaje del día siguente.
El mensaje del día siguiente, es fundamental, te lo digo yo, que de esto, se un poco. En el supuesto de que conozcas a un muchacho aparentemente interesante, y se atreva a pedirte el número del móvil, y lo que es un paso aún más importante, que tú le des el número correcto (no el falso que le das a los pesadillos) si hay mensaje es que hay tomate. Claro que habría que definir tomate. Lo más normal, es que si te pide el número, esté interesado. Pero cabe la duda de mil y una historias varias: ¿para qué lo querrá? ¿me llamará algún día? ¿debo pedirle yo el suyo? La respuesta es bien sencilla: si el muchacho en cuestión es para tí, amiga mía, ese ya no te lo quita nadie. Y si es para otra, pues es para otra. No tienes nada que hacer.
Pues bien, tras mucho tiempo lleno de silencios, o por lo menos, eso me pareció a mí, volvió a aparecer en mi vida. ¿Ahora regresas? Te esperé muchas noches, y muchas más te soñé a mi lado. Pero como ya sabemos todos, el destino es caprichoso. No se que pasará mañana, pero aquella noche que pasamos, en la que realmente no pasó nada, pasó de todo. Lo malo (o lo bueno, que en esto nunca se sabe), es que a la mañana siguiente, el único mensaje que hubo fue el mío. Y no me arrepiento. Lo volvería a mandar, aunque me digan que no me vas a llamar. Y volvería a quedar, con tal de que me hagas reir, y me mires a los ojos, como me mirabas aquella noche. Tu sonrisa alumbrando la oscuridad que nos rodeaba, y mis pensamientos volando alrededor, pues he de reconocer que me secuestró la imaginación, y no atendía demasiado a lo que me decías. Hace ya tiempo de esto.
Traté de parecer interesante, pero por desgracia, soy más bien sencilla. Traté de encontrar algo emocionante que contarte de mi vida, pero las palabras, se burlaban de mí, escondiéndose en lo más profundo de mi mente. No se si parecía tonta, espero que no. Supongo que nunca lo sabré, pues no es una pregunta inteligente para hacerte. Sólo espero, que vuelvas a parecer, y te quedes para siempre. Y si no apareces, pues que estudies mucho, acabes la carrera, y te hagas un hombre hecho y derecho. Ya nos veremos un día de estos, y en ese futuro pluscuamperfecto, quizás sepa de tí mi móvil.
Una canción: With or Without You, U2.
15 de Julio 2004
Mis señales.
Hay varios tipos de señales: las de tráfico, las analógicas, las digitales
y mis señales. Quizás pienses que es una auténtica tontería, pero yo soy muy de ver señales. No me refiero a buscar una señal, pero si la encuentro por casualidad, no le doy la espalda.
Una de mis señales favoritas, es encontrar una moneda. Suele ser de uno o dos céntimos, pero su valor es lo de menos. Sin dudarlo ni un instante, me agacho a cogerla esté donde esté. Los céntimos olvidados en las aceras, esperan a ser recogidos. Tumbados, inmóviles, ven como todo gira a su alrededor. Las personas pasan, caminan, corren, pero no les ven. Son demasiado pequeños. El céntimo sin techo que recojo, pasa de ser la más desgraciada de las monedas, a una especie de talismán de buenas vibraciones. Incluso tengo un compartimiento en mi monedero reservado para estas nuevas adquisiciones. Los últimos serán los primeros, en el reino de mi monedero. Si un día me encuentro una moneda, es una buena señal. Algo bueno va a ocurrir, y no suele fallar la predicción.
Otras veces, cuando la desesperación es palpable, hay algo que me preocupa, y la señal en sí no se manifiesta, la busco en la radio. Y te preguntarás: ¿como se buscan señales de este tipo en la radio? Muy fácil. Yo tengo varios aparatos de radio, ya sean con pilas, o a la red, distribuidos de una manera muy estratégica. Pues bien, me digo: si enciendo la radio, y lo primero q escucho es español (ya sea una canción española, un anuncio, o una tertulia), la cuestión que me preocupa va a ir bien. La verdad, es que me preocupo mucho cuando tengo un problema. Hay un proverbio cuyo origen no recuerdo ahora, que quizás, debería seguir más a menudo. Decía más o menos: Si el problema tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿por qué te preocupas? La radio es como una improvisada bola de cristal. Y no suele equivocarse. Lo que pasa, es que soy bastante testaruda, y si la canción no es nacional, apago la radio corriendo, y hago una nueva consulta cuando pase un rato. Se que es trampa, pero qué le voy a hacer. En este caso, hasta que lo que escucho no contiene la Ñ, no me quedo tranquila. Aunque se que ya no es una condición necesaria y suficiente, es decir, que puede que vaya bien, o puede que no.
Y bueno, el que me conoce bien, sabe que yo y mis señales, siempre estamos al encuentro. Un día, en el laboratorio, Olga, que ya medio cree en esto de las señales, me dijo: si el próximo niño que entre, es moreno y su camiseta azul, es una pedazo de señal. La cosa es que entró un muchacho con esa descripción. No te creas que es tan común una camiseta azul. ¿O si? Supongo que depende de cómo se miren las cosas. Una camiseta amarilla pollo no es común, pero un día en la biblioteca, se juntaron tres iguales. No lo interpreté como una señal, ya que el amarillo no es precisamente un color muy afortunado. No recuerdo bien que pasó aquella tarde, la del muchacho con la camiseta azul. Creo que era que Olga aprobaría Analógica. Aprobó, y eso que el examen le salió fatal.
Supongo que esto de las señales, es una forma de intentar buscar la esperanza en una realidad que a veces, te despoja de ella totalmente. Hoy me he encontrado una moneda de dos céntimos en el camino a la parada del autobús. Cuando encendí la radio de la pitonisa Lola Hertz, estaba la Unión, con su Lobo hombre en París, una de mis favoritas. Y eso que M80 es bastante internacional. En la siesta, he soñado que volaba tan alto que veía todas las personas como si fueran hormiguitas. Volar es uno de mis mejores sueños. Si eso no es una buena señal, no lo es nada. Ya te contaré si pasa lo que tiene que pasar.
Una canción: Lobo hombre en París, La Unión.
11 de Julio 2004
El amor es ciego y la locura son sus ojos.
Hay un cuento que me encanta, y me parece que hoy es un buen día para compartirlo contigo. La primera vez que lo oí, me pareció precioso. Alguno puede pensar que eso de que el amor es ciego, es un tópico más. Yo creo que el amor llega solo, sin que te lo esperes, y que por supuesto, es ciego, en el sentido de que lo que es bello para unos, no lo es para otros. Pero bueno, que para gustos, los colores. Lo malo del amor, es que a veces es indeciso, y casi siempre, tarda demasiado, pero qué le vamos a hacer, nadie dijo que fuera fácil.
Antes de que este planeta estuviese habitado por hombres y por mujeres vivían en él pasiones y virtudes. En el planeta Tierra estuvieron viviendo durante cientos y cientos de años y durante toda una eternidad pasiones y virtudes que se aburrían de lo lindo con el transcurrir de los siglos, así que cada día trataban de inventar un juego nuevo al que jugar para que se hiciese mas llevadera la larga, larga, larga, larga existencia. Solía ser la imaginación la que proponía los juegos, y un día propuso jugar al escondite. A todos les pareció bien, todos estaban entusiasmado con la idea, pero claro, ¿quien contaría?. La primera en levantar la mano fue la locura : Yo, yo, yo cuento . Bueno esta bien, pues a contar. Vuelve la cara contra ese árbol y comienza la cuenta mientras el resto nos escondemos.
La locura se dio la vuelta, volvió la cara contra la corteza del árbol y empezó a contar una cuenta imposible 1, 7,2, 55, 88, 13, y uno a uno se fueron escondiendo todas y todos. La locura seguía con su cuenta, y cada uno iba buscando el lugar mas apropiado en el que pensaba que la locura no lo encontraría. Poco a poco se fueron escondiendo todos, excepto uno, que tardaba en encontrar el lugar apropiado. Ése era el amor. Es que ya sabéis que el amor es bastante indeciso, y andaba de una lado a otro sin saber dónde meterse. La locura seguía con su cuenta 55, 6, 99, 100, ¡ya voy!, y se dió la vuelta. El amor se metió en el primer lugar que vió, se metió de un salto en un matorral de zarzas que había ahí cerca. Allí se coló y se quedó atrapado con la esperanza de que no lo vieran, y no lo vió.
A quien primero se encontró la locura, allí tumbada fue a la pereza, a la imaginación la descubrió entre las nubes. A la mentira la vio allí, pero como era mentira ... y así uno a uno fueron apareciendo todos, la locura fue encontrándolos a todos. Al poco rato faltaba solamente uno por encontrar, aquel era el amor. Es que ya sabéis que encontrar al amor es bastante difícil. El juego ya empezaba a hacerse pesado, así que la locura empezó a impacientarse
Amor sal ya que se hace tarde, pero el amor ya sabéis que es muy indeciso, y no solamente uno tarda en encontrarlo, sino que a veces tarda demasiado en salir a la luz. El amor asustado no salía. La envidia que suele preocuparse bastante más de los demás que de sí misma, se acercó al oído de la locura y le dijo: El amor esta oculto en esas zarzas. La locura muy enfadada fue hacia las zarzas y empezó a gritar : ¡Amor sal ya!, se nos hace tarde. Pero yo les he dicho ya que el amor es indeciso, y una vez que lo encuentras es difícil sacarlo. La locura muy enfadada trato de meter la mano entre las zarzas para sacar al amor de las solapas, con la mala fortuna que se pinchó con una espina. A veces hacer salir al amor es doloroso. La locura estaba tan enfadada, que agarró una vara que había junto a las zarzas, la introdujo en el matorral y empezó a agitarla entre las ramas. De repente sonó un grito. De entre las ramas de las zarzas salió el amor con las cuencas de los ojos ensangrentadas. La locura en su locura al agitar la vara entre las zarzas le había sacado los ojos al amor, dejándolo ciego para siempre. Todos se quedaron muy callados mirando al amor con las cuencas vacías, sin saber qué decir nadie. Quizá aquella fue la única ocasión en la que la locura hablo con un poquíto de cordura, porque dijo: No os preocupéis, desde ahora yo seré sus ojos.
Y es por eso que desde entonces el amor es ciego, y la locura son sus ojos. Espero que os haya gustado, y suerte en vuestra búsqueda.
Una canción: I just call to say I love you, Stevie Wonder.
10 de Julio 2004
Las cinco de las y pico de la mañana.
Bueno, tras superar varios problemillas, por fin puedo ver mi página y escribir en ella. Quería contestar a las cinco del viernes, y creo que estoy a tiempo. Si alguno se anima, ya sabe lo que tiene que hacer, aunque últimamente, estais poco participativos. Sin más, os dejo con las de esta semana.
1. ¿Cómo te relajas?
Si es el final del día, me relajo con una buena ducha, de agua templada. Eso sí, escuchando la gramola, de M80 radio. Pero si estoy estresada y no estoy en mi casa, para relajarme necesito o gritar, que hasta cierto punto es posible hacerlo, o pegar pellizcos. Me encanta pellizcar, pero depende de la persona que esté a mi lado. Por eso, tengo un montón de muñequitos estrujables antiestrés, para evitar malentendidos con los que me rodean.
2. ¿Cuántas horas sueles dedicarle a dormir?
Pues de 6 horas a 8 horas. Lo ideal es dormir 9, pero eso lo hago muy poco. Me encanta dormir, podría quedarme durmiendo un día entero, de hecho, suelo hacerlo el día de Año Nuevo, aunque la última vez sólo logré estar en la cama 3 horas, debido a que uno de los propósitos del nuevo año era intentar dormir menos. Pero vaya, que soy una adicta a la almohada.
3. ¿Te cuesta trabajo dormir o duermes como un tronco?
Si estoy de exámenes, me cuesta mucho. Repaso mentalmente las cosas que he estudiado y tal. Suelo mezclar conceptos que no tienen nada que ver en mis pesadillas previas al examen. Sólo duermo como un tronco cuando vuelvo a casa después de salir de marcha, y en Navidades. Es lo que tiene las comidas familiares.
4. ¿Tienes una postura favorita (para dormir eh?)?
Bueno, aunque no os lo creáis, esta pregunta me parece muy íntima como para escribirla tan a la ligera. Sólo una persona sabe cuál es el protocolo de posturas a seguir, y no creo que lo vaya a contar. Y para los que se estén rayando, (espero que no muchos) es mi hermana, que duerme en mi habitación.
5. ¿Cuál es el sitio mas raro donde te has dormido?
Pues en una silla en el pasillo de espera del Hospital Civil, al lado de un anciano. Tenía que ir al médico un viernes, y el jueves salí, así que me dormía en todos lados. Me puse las gafas de sol, y no te voy a negar, que me quedé frita en una incómoda silla de plástico. Lo mejor fue cuando llegó mi turno, y yo seguía durmiendo. Mi madre me llamaba con el brazo desde lejos, pensando que yo la veía, pero la pobre no sabía que yo estaba profundamente dormida. Tras los cristales oscuros, mi mente estaba totalmente en off. Fue un palo cuando me desperté y me di cuenta del panorama.
Quiero dar las gracias a Pepe y a Jorge Javier por ayudarme con los dialers intrusos. Chicos, creo que esta vez, hemos ganado la batalla. Gracias de corazón.
Es tan tarde que la única canción que se me viene a la mente es la de los Lunnis. Los Lunnis y los niños, nos vamos a la cama. Lo que no saben los productores de los Lunnis, es que los únicos que se acuestan son ellos, y que los niños, hasta que no ven a Sardá, no consiguen conciliar el sueño.
7 de Julio 2004
Hoy es tu día para ser feliz.
Estimada susana,
¡Tu suerte con respecto al amor y al romance ha cambiado, y guau! ¡Ha cambiado para mejor, susana! Te sentirás en el séptimo cielo en lo que se refiere a temas del corazón. Si por algún motivo no te sientes así, quizás deberías considerar quién está a tu lado en ese cielo. Quizás sea el momento de un cambio. Este es tu día para ser feliz.
Manda huevos. Hoy es mi día para ser feliz. No puede ser mañana, o pasado, o dentro de un mes. Tiene que ser justamente hoy. Lo que hay que aguantar. Yo, entre otros muchos fallos, soy una adicta a los horóscopos. Estoy apuntada a una lista de distribución, y me lo mandan al correo cada día. Los domingos, me mandan además de la supuesta predicción diaria, una avanzadilla de los astros para el transcurso de la semana. Normalmente, las frases que emplean, no dicen mucho. Me refiero a que no se pillan las manos, no dicen cosas concretas, y si alguna vez tienen mas precisión de la cuenta, es porque es lo más normal del mundo. Por ejemplo: hoy notará un posible malestar general al volver a casa tras la dura jornada. Claro, así también hace predicciones hasta el puñetero perro de la vecina, que siempre que me ve, no para de ladrarme y mirarme con recelo. Se ve que no le caigo bien.
Volviendo a lo de las predicciones, sobre todo a la de hoy, la verdad es que precisamente no me siento nada feliz. Me siento cabreada, cosa que se nota al leer estas líneas, y un poco indiferente hacia el amor. ¿Qué es el amor? Buena pregunta. Pero aún mejor es la cara de póquer que se me queda al preguntarme ¿quién está a mi lado en el séptimo cielo? Evidentemente, como en los electrodomésticos Siemens, quiero cambiar. Necesito cambiar, es lo que me dice el sabio consejo del día. Hoy no eres feliz, no estás en el séptimo cielo, pues cambia de pareja. Las autoridades de Astro Centro recomiendan seguir las instrucciones al pie de la letra. ¿Y si no tienes pareja? Hay varias posibles opciones: comprar un gato, un perro, una planta, escribir un blog, estudiar día y noche, y seguir leyendo las buenísimas predicciones sobre mi futuro día a día, vaya a ser que mi príncipe azul me este esperando en el quinto pino, y por no leer el horóscopo, llegue tarde a mi cita.
Una canción: El lado oscuro, Jarabe de Palo.
6 de Julio 2004
Despertar en la rutina.
Tras varios días de fiesta total, vuelvo a mi amada rutina, que tiene de todo excepto predicción. Cualquier cosa puede pasar. Hoy, sin ir más lejos, me ha llamado una amiga, que hacía siglos que no lo hacía, y me he dado cuenta de que hay personas con las que hay un rollo especial. Da igual que pasen y pasen los años, que evolucionen nuestras vidas, (digi-evolución, como dicen mis primos) siempre sabemos que contarnos. Somos amigas desde el colegio. Ahora, yo sigo estudiando, y ella trabaja, por lo menos hasta el viernes. No le han renovado el contrato, lo cual es muy típico a nuestra edad, y con tanto sinvergüenza suelto, lamentablemente la situación no nos sorprende.
Nuestras vidas son muy distintas; supongo que siempre lo han sido, pero tras la llamada de hoy, me he dado cuenta quizás un poquito más. Ella ya tiene su vida medio encaminada, con un novio que la adora, con una experiencia laboral, y algunos problemas de más. Yo sigo buscando mi sitio en este mundo, estudiando siempre una carrera que espero que algún día acabe, con la ilusión de comenzar un día nuevo cada mañana y la sonrisa como mejor traje. Me niego rotundamente, a caer en la locura de la rutina. Es como una enfermedad, la de hacer todos los días lo mismo, día tras día. La enfermedad de los Sims, podríamos bautizarla. Si eres de los que creen, que no somos dueños de nuestro destino, que estamos aquí para limitarnos a ser meros espectadores de nuestra vida, no te confundas.
Y creo que mi amiga, estuvo convaleciente de esta especie de plaga de nuestra sociedad. Despertador, trabajo, casa, trabajo, casa, dormir. La rutina, la peor tortura existente a mi entender, se apoderó de su vida. Se olvidó de que era joven, de que tenía amigas con las que contar, incluso de que tenía un muchacho con el que soñar un futuro lleno de ilusiones. Parece que por fin, el jugador que controlaba su vida, ha decidido parar de hacerlo. Le han devuelto la chispa, la alegría, y ha dejado de ser una mujer gris en un mundo en blanco y negro. Espero que le dure muchos años, y que encuentren pronto la vacuna para este mal.
Gracias a María Burgaz por su pintura, merece la pena echar un vistazo a su trabajo.
Una canción: Wake Up Call, Phil Collins.