Agosto 17, 2005

Ideologias pret a porter

Desde que Shoemaker nos encandiló a todos con su labia y sus hermosos ojos verdes, me hice socialdemocráta de las de toda la vida, aunque acudir a las manifestaciones fue un verdadero tormento porque aún hay rojillos del mundo unios que te miran mal si te presentas en la sede del partido en limusina de tu propiedad, con un broche y calado el tacón de aguja.

En realidad, mi candidato de siempre fue ese muchachote con aires de caballero medieval mezcla de la sabiduria de merlín, porte de Lancelot y gafitas como Calculín, mi querido Pep, exiliado ahora en las frías galeras de Bruselas, donde los partidos españoles mandan por igual a los que pueden dar un zapatazo o se convierten en un estorbo para la ejecutiva tanto por saber demasiado como por ser más conveniente sacarlos de circulación.

Mis amigas me dijeron que si había enloquecido, qué cómo era posible que una gran dama pudiera votar a semejante partido. Pero luego, leyeron todas el Vogue -la mayoria están suscritas y junto con Cosmopolitan lo tienen como lectura obligada de donde extraer las verdades esenciales de la vida, conociendo que este IN y OUT por solo unos euros y adorando sus premisas cual Biblia a todo colo- y desde entonces se hicieron socialdemocrátiquísimas. Vamos, que les pones una rosa en una mano y tailleur negro y son la viva imagen de la Pasionaria mega-Updated. Y en esto debe verse siempre un buen hacer y una distinción que las honra, porque sus rosas son siempre de florista y sus trapitos, de las mejores firmas así que no tienen quien las tosa.

Hay quien nos acusa de tener una ideología de camiseta. ¿Camisetas a mí? ¡Faltaría plus! Piense, quien nos acusa, que nosotras no hemos vestido esa prenda en nuestra larga vida. ¡Ni que fueramos obrerillas de esas que van de compras al mercadillo! ¡Jamais!

Nosotras, lo más cerca de una camiseta que hemos estado en nuestra vida ha sido en alguna tienda de Custo Barcelona. Nuestra ideología, por tanto, solo puede ser ideología de tacón de aguja, tailleur y como mínimo, de bolsos fashion en Prada.

Una cosa es ser rojita y otra muy distinto es ser hortera. Bien es cierto que, por desgracia, las tradiciones se pierden y ahora los jóvenes de altos linajes visten como chulitos y ramerillas de barrio lumpen y al revés, las juventudes obrerillas nos salen derechones, vistiendo ropajes tipo 'old style' pero sin las marcas propias de dicho estilo -por no poder costearlas, obviamente- así que una ya no sabe si ese joven con piratas, cadena colgandole del pantalón y sandalias brasileñas es un verdadero chulo de barrio o el hijo de la gran duquesa de Todas las Austrias que se ha modernizado para alternar con las obreras sin que estas lo repudien por su elevada condición.

Y por eso, amigas, una topwoman debe llevar bien segura su ideología, sabiendo defenderla en caso de ataque cual gitanilla a sus churumbeles, con las garras y las uñas de los pies si es preciso, asiendola con firmeza como si de un bolso Prada se tratase.

Escrito por Audrey a las Agosto 17, 2005 08:27 PM | TrackBack
Comentarios

Como siempre irremediable e ínclita Audrey.

Bss dsd nuncajamas

Comentaba Jasp a las Agosto 17, 2005 08:32 PM

Querido Jasp!!! Se bienvenido a tu casa...¿Moet bien frio?

Comentaba Audrey a las Agosto 17, 2005 08:34 PM

Queridísima (y desaparecidísima) Audrey:

Qué placer ver turbado nuestro merecido descanso estival con las nuevas y punzantes aventuras de nuestra topwoman más apreciada... Espero que este descanso te haya sentado aún mejor.

Ay, pero no puedo por más que demostrar mi desconcierto: aunque con sus alabanzas (no diré yo que infundadas) a nuestra segunda dama y a las 'top ministras' del Vogue ya nos olíamos algo, esta confesión de amor hacia la socialdemocracia me ha pillado desprevenida.

¿Desde cuándo una top woman puede ser sociademocráta? No sé, me resultaría más acorde con su personalidad y sus enseñanazas cotidianas un cierto apego a regímenes menos preopcupados por los derechos humanos y el bienestar general... O yo qué sé, una reivindicación del anarquismo, tan denostado pero perfecto para una personalidad tan sui generis como la tuya.

Y si tu conciencia sociademócrata se te ha despertado por puro esnobismo de clase, debo recordarte que aristócratas y damas de alto copete rojillas las ha habido siempre. Especímenes raros, es cierto, pero han existido. No te puedo alabar ni la originalidad, oiga...

Pero vamos, que allá tú y tu amor zapateril. Yo siempre he sido muy respetuosa con las ideologías ajenas (incluso con las propias, si me permites la gracia), aunque espero que a la pobre Sonsoles no le crezcan dos protuberancias en la cabeza, que eso afea mucho los pamelones con que suele adornarse la segunda dama española...

Me despido ya, reiterando mi bienvenida a este tu espacio, último refugio del verdadero estilo, ese que ya no se encuentra ni entre la spublicitarias páginas del Hola.

Un saludo afectuoso de tu prima Kate

Comentaba La Otra Hepburn a las Agosto 21, 2005 02:04 PM
¿Decías?









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