CUENTO CHINO
Lo comentaba el otro día con badiola y arturo fernández, creo que me estoy haciendo mayor, perdón, viejo, porque cada vez aguanto menos las tonterías.
Y ahora, la historia/tontería de hoy. Por fin me han pagado, después de más de un año de reclamaciones y peleas, me han abonado una pequeña indemnización por el accidente que tuve en un autobús en el trayecto bilbao – madrid, a la altura de somosierra. Otro día contaré el acontecido completo, con todos los detalles sangrientos y morbosos, pero ahora sólo quiero destacar que, como estuve unos días desfigurado con una brecha en la barbilla (roc y flash se acordarán), los jueces han estimado que soy susceptible de que me concedan una indemnización y me han pagado, como a todos, aunque a unos más y a otros menos. Mi barbilla con una brecha vale menos que una rodilla rota, que tuvo un ciudadano chino.
El caso es que, llegando al quid del suceso, la benemérita vino a levantar atestado, con bomberos, ambulancias y toda la parafernalia. Al ver a todo el grupo de viajeros afectados, hicieron una lista con el nombre, apellidos y dolencias de cada uno, para distribuirnos a los diferentes hospitales madrileños. El problema es que el ciudadano chino no sabía ni una palabra de español, sólo se podía comunicar llamando por teléfono a algún compatriota suyo para que ejerciera de traductor con los enfermeros, médicos y guardias civiles. Así que uno de los bomberos, al ver al chino, le preguntó al guardia civil a ver cómo le había apuntado en la lista de afectados, si no sabía su nombre, a lo que el guardia civil, muy orgulloso él, nos enseñó esa lista en la que había escrito: “señor chino, le duele la rodilla”.
Al final me tocó compartir ambulancia con el chino hasta la paz a las tantas de la mañana, él hablando por teléfono en chino con alguien que me imagino que le iría a recoger, y yo charlando con arturo fernández, que se moría de la risa con la historia y que vino a esperarme al hospital.