El porqué de mis "escrúpulos"
Se viene comentando estos últimos días por estos ambientes, una frase que dije yo en su momento, refiriéndome a lo poco que me gustaba la idea de escuchar un disco antes de su salida oficial al mercado, descargándomelo de algún P2P.
Muchas veces he matizado ya, que esa máxima sólo la aplico con mis "vacas sagradas" particulares (Radiohead, Los Planetas, Morrissey, Belle and Sebastian, Magnetic Fields, Flaming Lips...), y que no me ha importado saltármela en más de una ocasión. La última, hace un par de semanas, con el inminente "Gemstones", tercer LP de Adam Green. No, Adam Greem, de momento, NO es una vaca sagrada.
Ciertamente, me resulta mucho más gratificante la espera y la inquietud por saber lo que me deparará un disco que llevo tiempo deseando que vea la luz ("You are the quarry", por ejemplo), que la propia escucha del disco a través de los "incorpóreos" y fríos archivos mp3.
En realidad, toda forma una especie de pequeña liturgia. La tensa espera hasta el día D (aunque desde que he vuelto a Bilbao, el día D no necesariamente coincide con el "día D oficial"), el paseo hasta la tienda, una primera búsqueda con la vista, la primera imagen de la portada del disco, la decepción -o alegría- al ver el pobre diseño del digipack o caja...
Cuando llego a casa con el disco en la bolsa y aún sin desprecintar, continuo con la segunda parte de la liturgia. El romper el celofán que lo envuelve, con absoluto cuidado de no dañar el plástico de la caja, ese olor característico del plástico nuevo, el abrir la caja y "explorar" el libreto, para ver si es una mierda o viene completito y con fotos y letras (no obstante, los libretos con letras cada vez me parecen más horteras, aunque esto, evidentemente, depende de las letras en sí), comprobar la calidad del papel... y por fin, poner el CD en el reproductor, empezando por el single (que es probable que ya haya podido escuchar con anterioridad), y haciendo una rápida pasada por todos los cortes, hasta empezar a poder seleccionar cuál o cuáles me gustan más, sorprendiéndome grata o decepcionantemente, mientras continuo revisando y ojeando el libreto...
Ya digo, toda una pequeña y entrañable liturgia.
Creo que con Mercury Rev haré lo propio.
Esperar y no bajartelo en mp3 lo entiendo, pero cuando ya lo tienes en tus manos, no lo abres hasta llegar a casa? A mí me encanta leer las letras en el autobús o en el metro. Y odio que no vengan las letras aunque sean cutres...
Escrito por leuke a las Enero 12, 2005 06:58 PMNo, no, no... el CD no se puede desprecintar hasta estar en un lugar tranquilo y a salvo de todas las miradas indiscretas. Y por supuesto, jamás debe ponerse un CD recién comprado en el discman (BUENO, COMO AHORA TENGO iPOD...) nada más salir de la tienda. Eso es sacrilegio.
Yo según que disco sea lo abro o no antes de llegar a casa. Pero desde luego, pocas cosas hay tan satisfactorias como comprarse un disco, abrirlo, coger el libreto, ponerlo en el reproductor de CD... Yo reconozco que últimamente todo lo que me compro ya lo tenía en MP3. ¿Vacas sagradas? Uno ya no se puede fíar y en estos momentos... los únicos discos de los próximos meses que me voy a comprar en cuanto salgan serán el de Nosoträsh y el de Stereo Total. Pero sagrado creo que ya no me queda nada.
Escrito por iko a las Enero 12, 2005 07:52 PMHe encontrado este blog por casualidad, y la verdad es que está muy chulo. : )
Además coincido con lo expuesto en el post, aunque yo soy del Clan de los Desprecintadores Prematuros.
Un saludo.
Escrito por superdiscochino a las Enero 12, 2005 10:06 PMPues yo no espero a llegar a casa. En cuando salgo de la tienda lo abro y lo enchufo al discman. Hang, yo pensaba que tú estabas en Madrid.
Escrito por ineXpresiva a las Enero 12, 2005 10:47 PMPues volví a Bilbao allá por el mes de Marzo, hace casi un año ya.
coincido con leuke, yo soy un desprecintador y me miro el libreto en el bus,por cierto odio los digipacks
Escrito por Ademarista a las Enero 16, 2005 06:41 PM-- ili tute ne komprenas la sarkasmon. Neniam dum mia vivo mi estis tiel kontenta, tiel trankvila, tiel plena de bena paco, kiel hierau, kiam mi eksciis, ke Mikel-Angelo ne vivas plu. Ni eltiris ci tiun sciigon el nia gvidisto. Li kondukis nin tra mejloj da pentrajoj kaj skulptajoj en la vastaj koridoroj de Vatikano, tra mejloj da pentrajoj kaj skulptajoj en dudek aliaj palacoj; li montris al ni la grandan pentrajon de la Siksta Kapelo kaj freskojn, kiuj suficus por freskigi la tutan cielon, -- preskau cio estis farita de Mikel-Angelo. Ni decidis uzi kontrau li rimedon, per kiu ni venkis jam multajn gvidistojn -- malsago kaj idiotaj demandoj. Ci tiuj kreitajoj nenion suspektas -- ili tute ne komprenas la sarkasmon.
Escrito por jimbo a las Enero 20, 2005 08:53 PM