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Ramones 3 Beatles 2

Paaa-uuuul, Paaa-uuuul...!!!!

Jo, qué mierda. Yo en mi adolescencia tengo que confesar que no fui fan de los Ramones, sólo conocía las típicas, pero luego sí me compré dos de sus discos, el Ramones y el Rocket to Russia y los dos me encantaron.

Nos quedamos sin ramones, pero el legado que nos dejan es inmortal. Se fue Johnny (John Cummings) el miembro más fiel de la hermandad Ramone. A él le debemos mucho los fans ramonianos. Por ejemplo, a él debemos que los Ramones no se reblandecieran después del tercer disco o se pasaran a géneros más rentables comercialmente, como ocurrió con la mayoría de las bandas del Punk y la New Wave. La obsesión de Johnny era el sonido. El sonido de su guitarra y el sonido de la banda. Que sonara como una motosierra, como una trituradora o como un ataque aéreo. Fue el único miembro del grupo que, en los momentos duros, mantuvo siempre la convicción de que los Ramones ocuparían un lugar decisivo en la historia del Rock´n´Roll, pero sin cambiar; manteniéndose como eran. Johnny era el que partía el bacalao en el escenario. Un auténtico dictador de la velocidad y la distorsión. No permitía la más mínima desviación del esquema básico. Nos prometió que todos los discos de Ramones sonarían a Ramones y así ha sido. Su pose de piernas en arco la han imitado y la imitan cientos de miles de chavales en todo el mundo que se cuelgan una guitarra. Jamás la marca Mosrite soñó con tener un instrumento tan cotizado. Con su corte de pelo a lo tazón, el masturbador de mástil más rápido de la historia, hizo todo lo que podía favorecer a los intereses de la banda renunciando a sus propias aspiraciones personales. Ese es su gran legado. Hasta siempre Johnny, gabba gabba hey.