El sillón curiosamente no está quieto, circulo en el por la carretera, sentado y comodamente reclinado, creo que conduzco con el pensamiento, algo así como por telepatía, el sofá va siempre e inexorablemente por donde yo quiero que vaya, sin problemas, yo voy comodo en el mirando y contemplando el paisaje, no adelanto a nadie ni nadie me adelanta, la velocidad es normal.
...Hago una parada en la casa de un veterano macarra de la zona, es un chalet, con detalles horterisimos en la entrada, llamó a la puerta y pregunto por el, no está, salen niños y tres de las varias mujeres que con el conviven, que anda fugado me dicen y que como me pille allí me mata me dicen también sus mujeres, tres o cuatro niños saltan detrás de la puerta y preguntan insistentemente quien es. Extrañamente les pregunto a las lumis si el macró las trata bien, me cuentan que estupendamente y que dos de ellas están ahora en la huerta y cocinando, les digo -no se por qué- que si no las trata bien podrán contar con mi ayuda, me piden que me vaya, el macró puede llegar cualquier día a cualquier hora, veo que un antiguo letrero luminoso de larios, una especie de reloj que había antes en los bares gira con sus colorines sobre la puerta, pienso que el macarra es hortera hasta lo excesivo, el caso es que comienzo a irme y ellas salen a la entrada, el chalet está en un lugar semejante a un poligono industrial, en la puerta hay grava, camiones aparcados, una furgoneta color azul cielo vieja y desvencijada, salen las tres mujeres y los niños, en bañadores rojos ellos, jugueteando a mi alrededor, no se por qué motivo se abre la puerta de la furgoneta azul cielo justo a mi lado mientras y me estoy despidiendo de las mujeres, quiero cerrar la puerta y no se cierra, siempre se vuelve a abrir, un niño que de repente crece de forma descomunal hasta sacarme más o menos tres cuerpos me dice que lo deje cerrar la puerta a el, le dejo, la arrima suavemente al marco, da un golpe seco y la puerta se cierra, permanece cerrada, el niño vuelve poco a poco a su estatura normal y se rie "es que tu no sabes", dice. Extrañamente aparece un saco no muy grande en mi mano, de la misma piel que la tapiceria del sofá que "conduzco".
...Sigo mi extraño viaje en mi sofá, conduciendolo hacia Puenteareas con el saco que apareció en mi mano sobre mis piernas, comodamente, fumo incluso un cigarrillo, giro hacia Mondariz doy una vuelta por allí y vuelvo por una carretera que desconozco, una carretera posiblemente comarcal, pero que nunca pasé por ella, hay muchisima vegetación a ambos lados y se ven los rayos del sol entre la fronda, voy con mi sofá, tranquilo, tras un camión viejo, ladeado y antiguo que me precede despacio por esa carretera desconocida. De pronto, sin saber como aparezco en la carretera anterior pero en dirección inversa, el saco que llevo sobre mis piernas cada vez es más grande y lleva más objetos, pero no se que objetos son, tengo la sensación de que es dinero, pero tampoco lo miro, nunca lo miro, va allí, sobre mis piernas creciendo poco a poco.
...De repente paro en un club de carretera que está al otro lado de donde deberia de estar, mi sofá, cuando estoy parando en la fachada se convierte en mi moto, extrañamente desaparece el saco, tengo que entrar al club por que debo al dueño 60€, es por la mañana muy temprano pero el club está febril de actividad, dentro, siendo el mismo club de carretera de siempre se encuentra todo al lado contrario, el club como ya dije también está en el lado contrario de la carretera, curiosamente tiene todos los ventanales abiertos y la luz del sol entra a raudales, entre las putas, vestidas a la antigua usanza, con camafeos, mucha blonda y encaje... no se, parecen las putas de un saloon del viejo Far West, el caso es que entre ellas y la numerosa clientela están los preventistas de bebidas, los repartidores... unos tecnicos reparan algo detras del mostrador.
...De repente vuelve a aparecer mi saco de cuero azul igual que la tapiceria del sofá que conducia, aparece el dueño del club acompañado de un Guardia Civil, parece que son colegas pero a la vez parece que el guardia civil lo escolta, los conozco a ambos y no me cuadra que estén juntos, pero yo voy a lo mio, pido una copa que me es servida por una puta con barba, supongo que un extraño travesti, veo dos más iguales a el en el club, identicos, de repente pasa una rubia con un peinado muy extraño, muy antiguo, vestida con un salto de cama blanco, con pomponcitos en las mangas y en las zapatillas, yo sigo a lo mio y le digo al dueño que vine a pagarle los 60€, él me dice que no había prisa ninguna amablemente, el caso es que le doy sesenta euros justos y el saca del bolsillo un enorme fajo de euros en billetes diversos, y comienza a darme algo que parece el cambio y según me lo va dando los billetes se convierten en billetes de las antiguas 5000 pesetas y me dá diez, yo trato de decirle que no me tiene que dar cambio pero el está diciendole a un preventista que una mercancia estaba en mal estado. La rubia peinada a la antigua, muy antigua, usanza mira para el guardia civil, el guardia civil mira por los ventanales hacia la calle, a lo lejos en el estacionamiento se ve un coche de la guardia civil de trafico. El saco sigue allí a mis pies, cada vez más grande, no se por qué tengo de repente la sensación de que recaudo dinero para algo o alguien.
...Salgo del club, ya no está mi moto, está el sofá, me siento en el y estoy colocando el saco sobre mis piernas, siempre queda una fuera, el saco ya es tan grande que cubre mis piernas y el sofá por entero, pero no roza el suelo, no pesa. Extrañamente no hay forma de tapar mi pie derecho, mientras estoy colocando el saco sale del club el guardia civil, va hacia su coche patrulla y me dice señalandome con un dedo, a modo de advertencia: -pongase el cinturon de seguridad- y se va, no me pongo cinturón alguno por que no lo hay, el sofá no tiene cinturón de seguridad.
...Al fin logro tapar mi pie derecho y arranco el sofá, con la mente, no tiene motor, lo arranco y viaja en silencio, tampoco escucho el ruido de los otros vehiculos, mi pie derecho, como consecuencia del aire no para de destaparse, esa esquina del saco no deja de virarse hacia arriba y me fastidia sobremanera, paso el tiempo tratando de tapar el pie, la conducción del sofá se hace desagradable, muy desagradable, además voy pensando que me pueden denunciar por no llevar el cinto de seguridad.
...De repente escucho una bocina muy estridente, cada vez la escucho más cerca, más cerca, mas cerca...
...Estoy en mi habitación, un coche toca la bocina en la calle frente a mi casa. Me ha despertado.
...Creo que hacia años, muchos años, que no recordaba un sueño con semejante nitidez. Mis sueños suelen ser fijos y por temporadas, durante mucho tiempo soñe que guerreros de diversa indole me perseguian, me disparaban, me acosaban, pero nunca lograban matarme, cuando yo trataba de defenderme con un arma mis proyectiles caian a escasos metros de mi, inofensivos. Tuve y supongo que seguiré teniendo, varias epocas en las que sueño que vuelo, creo que hasta he llegado a volar con maestria, tal que un Juan Salvador Gaviota, en mis sueños claro.
...Ultimamente y desde hace una temporada, solia tener una pesadilla, yo iba a altas horas de la madrugada a un extraño local de copas en el que todos querian pegarme o hacerme algún daño, yo estaba muy borracho para defenderme, y el dueño o dueños del garito animaban a la concurrencia para que me golpeases, pero nadie lo hacia, solo amenazaban, en el sueño yo me desespero, no puedo defenderme pero veo que en cualquier momento pueden hacerme daño, no quiero que me hagan daño pero no soy capaz de irme del local a pesar de que soy capaz de caminar tambaleante.
...Este sueño de hoy, fue rarisimo, quizas por eso lo recuerde con tanta nitidez, ademas en general fue un sueño divertido, al igual que cuando sueño que vuelo, pero cuando sueño que vuelo no es tan divertido, vuelo de forma seria, por lugares que nunca estuve pero que he visto en fotos, vuelo sobre el techo verde de la floresta amazonica, vuelo -esto si que es curioso- por el paisaje de las fotografias que anuncian el whisky Cardhu en las revistas españolas, vuelo en el pasillo de una casa que viví hace años, pero no vuelo por diversión, tampoco por obligación, es algo entre medias de esas dos situaciones, algo inexplicable.
...Es curioso esto de soñar.
Escrito por SOLDADO a las Septiembre 4, 2004 05:34 PM
Sí que es un sueño curioso. Me ha gustado especialmente el resumen que luego haces de tus sueños.
Un saludo.