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RAPSODA HISPALENSE

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No se si en todas las ciudades existen tantos escritores que ensalcen y hablen de su historia como en Sevilla, desde tiempos remotos han existido seudo trovadores dedicados a ensalzar los mínimos detalles de sus calles, edificios, e historia, mas o menos rigurosa y contrastada, casi siempre historias muy locales y sin trascendencia mas que como meras curiosidades.
En Sevilla muchos de estos escritores se dedicaron y se dedican a escribir artículos en periódicos en forma de columnas. Uno de estos, Alfonso Alvarez-Benavides, escribía allá por los años finales del siglo diecinueve en un periódico llamado, El Noticiero Sevillano, y dejo una de las descripciones de la Giralda que mas me gustan.
Aquí dejo una parte:


La torre de la catedral ocupa uno de los puntos mas elevados de la población y, cual centinela avanzado de la misma, su esbelto perfil se divisa desde muchas leguas a la redonda, apenas se traspone la inmensa cordillera de montes que rodean a Sevilla, llamados cerros de Santa Brígida.
En contra de lo que generalmente se cree, sus frentes no se encuentran labrados con relación a los cuatro puntos cardinales que marca la brújula, sino que la aguja imantada de esta, se inclina once grados a poniente y es tal su solidez, que puede desafiar a los vientos huracanados y terribles fenómenos sísmicos, o terremotos, segura de no sufrir detrimentos de consideración que afecten a su estabilidad.
El factor principal que concurre para este fin estriba en la disposición de sus muros, pues estos, al contrario de las construcciones modernas, son por la parte mas baja, ósea al nivel del pavimento, mas gruesos que por la alta.
También influye notablemente en la estabilidad de la torre, la figura de cuña que forma el cuadrado o anima interior del primer cuerpo, resultando de todo lo dicho un contrarresto tal y tan bien estudiado de fuerzas, que es imposible pueda hundirse o volcarse en ningún sentido.
Al tratar de las dimensiones generales y parciales daremos a conocer el detalle de que hablamos.
El primer cuerpo de la torre de la Catedral de Sevilla, se comenzó a edificar el año 1000 de la Era cristiana con destino a minarete de la gran mezquita, y al mismo tiempo para observatorio astronómico, uno de los primeros levantados por los árabes después del erigido en Bagdad, en el mismo palacio del califa.
Nuestras noticias concuerdan con la que mando construir el emperador de Marruecos Jussaf, en ocasión de encontrarse en Sevilla aquel monarca sarraceno, interviniendo mas tarde el moro Yatub, al que se deben algunas obras hechas en la mezquita hoy Catedral, y en varios monumentos de la ciudad.
La dirección practica de la obra se debe al maestro alarife árabe llamado Gever, Zuever o Hever, inventor del álgebra, no obstante que los griegos, los indios y los árabes se disputan el haber dado a conocer esta ciencia designando los primeros a Diofantes, de la escuela de Alejandría, los segundos citan sus antiguos libros matemáticos de Silvate y el Vija Cacuita, y los últimos atribuyen aquella gloria a su celebre matemático Mohamed Ben-Mura, que vivió a mediados del siglo nueve.
Al citado notable alarife se deben también otras dos torres o grandes atalayas semejantes situadas en Marruecos y en Babacha. En cuanto a la de Sevilla, en su primitivo origen y hasta el ano 1396,constaba solo del primer cuerpo y sobre este un esbelto minarete de 14 metros de elevación, terminado en un chapitel de vistosos azulejos que reflejaban luces vivísimas, sobre el cual descansaban cuatro grandes esferas doradas superpuestas de mayor a menor, cuyos resplandores se veían a ocho leguas de distancia, según afirma la crónica general de España.
A titulo de curiosidad vamos a reproducir lo que acerca de dichas esferas dice la crónica del rey sabio:

A la cima son cuatro manzanas redondas, una encima de otra, de tan grande obra, e tan grandes, que no se podría hacer otras tales. La de como es la mas pequeña de todas e luego la segunda que so ella es, mayor empues, la tercera mayor que la segunda, mas la cuarta manzana no podemos retraer de fablar della, ea es de gran labor, e ellas son doce, es la anchura de cada canal cinco palmos comunales.

El terrible huracán, acompañado de temblor de tierra, que se desencadeno sobre Sevilla el día 24 de agosto del referido ano de 1396, produjo infinitos danos en la población, uno de los mas sensibles fue el de haberse tronchado la gran espiga que atravesaba por le centro aquellas esferas, las cuales, perdiendo su equilibrio y desprendiéndose de su eje, se precipitaron en el vacío, haciéndose pedazos contra el pavimento formado por la gran azotea de la atalaya.


Y así continua durante nueve artículos con parecidas características.
No me diréis que tiene desperdicio.

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Interesantisimo, si señor. Y por añadir, aunque no haga falta diré que en mi viaje a Marrakech pude contemplar el minarete de la Koutoubia que es copia de la de Sevilla.

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Pues ningún desperdicio, todo un placer leeer y aprender sobre la Giralda que, todo slos Sevillanos, sin ecepción, llevamos en el corazón.

Un abrazo

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Con la descripcion dan ganas de visitarla. Bueno, ya tenia ganas de visitarla de todas formas...Un saludo.

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Enigmática y llena de historias, como todo en tu tierra; un placer leerlo.

Dark kisses

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Gracias por tú firma en mi libro. No se a que te refieres con lo de la sinceridad.

A mi me gustó mucho sevilla, y me ha gustado ese artículo

Un saludo

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Aun recuerdo de mi ultimo viaje a sevilla, el calor q pase q no impedia percibir la magia d esa preciosa ciudad

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Que linda se deja leer esa ciudad.

Te dejo un beso

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Preciosa descripción...
Saludos.

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