un segurata en apuros

En las noches de febrero cuando las ultimas tormentas del invierno anuncian la pronta llegada de la loca primavera, las brumas que surgen del suelo formando figuras fantasmales, me acompañan en mis rondas formando tu figura ideal, la miro y veo tus formas, le hablo y su pelo es como tu pelo, su nariz es tu nariz, y esa arruga de enfado en su frente es como la tuya.

Cuando la bruma se convierte en niebla y las formas se borran en la lechosa penumbra, el roce de las hojas suena como tu voz cuado dices que me quieres, y el toque húmedo en mis mejillas es como el recuerdo de tus besos.

El frío que se apodera de mi cuerpo me recuerda que no estas aquí, y al entrar en la pequeña guarida caliente donde mis noches se hacen eternas sin ti, ese calor que acude a recibirme es como el calor de tus abrazos.

Pero la noche llega a su fin y todo lo recordado será de nuevo realidad, y tus besos, tus palabras, tus miradas, tus gestos, gestos cotidianos, dejaran nuevas huellas en mi, para que en mis largas noches de vigilia todo me recuerde a ti, y cuando llegue la primavera, cuando la naturaleza explote de vida, será como tenerte a mi lado, en el salto de los conejos veré tus paso, el revoloteo de los pájaros será como la caída de tus parpados, las flores nocturnas con sus pálidos colores me recordaran el color de tus mejillas, y el canto del gallo al amanecer será como tu risa anunciando que ya regreso a tus brazos.

De esta forma tu harás mis días dichosos y tu recuerdo mis noches amenas.

Y de mis sueños para que hablar; tu los conoces …………