un segurata en apuros

Es increíble la influencia que en nuestro carácter llegan a tener los primeros maestros que tuvimos de pequeños, quizás incluso mas que nuestros padres o familiares.

En mi caso tuve un maestro durante muchos años siempre el mismo, en diferentes cursos, Dn Manuel.

Dn Manuel, era un maniático de la limpieza y el orden, para el todo en el mundo tenia un orden, y así nos lo inculco a sus alumnos, unos lo asimilamos mas y otros menos, creo que según como fueran sus respectivas casas. Pero ninguno, según e comprobado quedo fuera de esta influencia.

Salimos del colegio creyendo que todo en el mundo era pulcritud y orden.

Que equivocación.

Poco a poco fuimos dándonos cuenta de la realidad, que en verdad el mundo es puro caos, y cuanto mas te adentras en el, mas suciedad y desorden encuentras.

Pero como humanos que somos sabemos adaptarnos a todo incluso al caos y la suciedad.

Aunque la marca siempre aparece en las cosas cotidianas, intentando ordenar el cuarto de un niño, el cual en cinco minutos será de nuevo una leonera.

Ordenando un escritorio que sabes es una tarea imposible, o incluso intentando que los que te rodean actúen dentro de un orden, lo cual es imposible pues cada uno entendemos el orden de forma distinta.

Si ; los primeros maestros siempre dejan su huella, como el primer amor.

CEDRIK