Hola mamá, quiero que sepas lo que siento y que mire donde mire allí te encuentro. Muchas gracias mamá, por todo lo que has hecho, conseguiste tu propósito, soy hombre de provecho. ¿Te acuerdas, mamá, de aquellos tiempos? Difíciles momentos, el dinero escaseaba y ocho hijos te miraban hambrientos, pero nunca faltó nada, jamás faltó el amor, en tus brazos no hubo miedo ni dolor. Duros golpes recibí y no me pude mover, pero tú me levantabas cuando todo lo que hacía era perder. Ahora tengo mando en la partida de la vida, por fin estoy ganando. He llegado lejos, seguí tus sabios consejos. Es la vida, mamá, crecemos, nos hacemos viejos. Amistades peligrosas, intrusos, quisieron atraparme cuando yo estaba confuso, pero ahora hago uso de las armas que me diste... Cuánta fuerza, mamá, no entiendo como lo hiciste. Sólo quiero que sepas, que Dios te bendiga, siempre estaré de acuerdo en cada cosa que tú digas.