Marzo 23, 2004

La noche para ellos

La noche para Carlos y María

23:30. Carlos conduce su siempre pulcro deportivo acompañado de la bellísima María, de quien está locamente enamorado. Ella, sentada en el asiento del copiloto, mira a Carlos. Cada vez que observa sus ojos se pierde en ellos. Se dirigen a un elegante pub llamado Daddy-Blue. Van a visitar a un amigo que trabaja allí, un chico llamado Juan. Cuando Carlos cambia las marchas de su coche, siempre se ve recompensado por una caricia de la suave mano de María, que se posa grácilmente sobre la suya
23:45. Carlos encuentra aparcamiento y María aprovecha el momento para darle un apasionado beso, el cual no será el único.
00: 20. María y Carlos, finalmente, salen del coche. Éste último se encuentra más relajado que de costumbre. Van cogidos de la mano hasta la entrada de Daddy-Blue. Carlos, siempre cortés y galán, pide a su amada que ella entre primero y, cuando se encuentran en el interior del local, algo pasa. Ya no siguen cogidos. Se acercan a la barra y hablan con Juan. Le piden alguna copa, charlan, ríen, pero algo pasa. Ese amor mutuo entre Carlos y María, aunque patente en sus corazones, deja de verse manifestado. Ella solía decir que los sentimientos reprimidos son los más fuertes, y esta puede ser una práctica de dicha teoría.
1:30. Carlos y María se despiden de Juan, pues ésta ha de marcharse, y salen a la puerta de Daddy-Blue. De pronto, todo vuelve a cambiar. Se abrazan, se besan, se aman... Pero es tarde para María y, por desgracia para ambos, la cosa no puede durar mucho, pues la chica tiene que llamar a sus padres para que la recojan. A sus 17 años es algo que le incomoda, pero no tiene más remedio que atenerse a sus normas. Los cariñitos cesan, y esta vez por una causa justificada: los padres de María no saben nada de su relación con Carlos, y por ahora es mejor que la cosa siga así.
1:35. Unas personas que Carlos y María no tardan en reconocer doblan la esquina de Daddy-Blue en dirección a donde ellos se encuentran. Los corazones de los enamorados, de pronto, laten con más fuerza de lo habitual, como nerviosos.

La noche para Saúl

23:30. Saúl habla por teléfono con Gabriel:
- ¿Vamos a ir a ver a Juan esta noche?
- Por mi genial. ¿A qué hora?
- He quedado con Carlos a las dos menos cuarto en la puerta, pero a lo mejor me paso antes.
- De acuerdo. María me ha dicho que lo más probable es que no pueda ir, aunque no es seguro. Depende de si sus padres pueden traerla o no. Quizá Carlos pueda recogerla.
La conversación se alarga un poco más de lo esperado, pero pronto termina. Ahora Saúl debe llamar a Antonio mientras Gabriel llama a su novia, Sara, para quedar todos juntos. Saúl está seguro de que a Juan le encantará verlos.
23:45. Saúl se mete a la ducha. Le va a sobrar tiempo, y cada vez le suena mejor la idea de Gabriel de pasarse por Daddy-Blue antes de la hora establecida.
00:20. Saúl ya está arreglado y, en efecto, le ha sobrado demasiado tiempo, de modo que llama a Gabriel:
- ¿Podemos quedar antes? Ya estoy arreglado y me aburro..
- Como quieras. Yo aún no he acabado, pero no me falta mucho.
- Está bien. ¿Te parece que me pase a recogerte y así te da tiempo a acabar? Luego recogemos a Sara y vamos dando una vuelta al pub de Juan. Antonio vive muy lejos, así que dudo que él pueda.
- Vale. Sal de tu casa en cinco minutos y así voy con menos prisa.
1:30. Saúl, Gabriel y Sara caminan tranquilamente hacia Daddy-Blue. Han tardado más de lo que esperaban debido a un ligero retraso causado por la chica. Aún así, van a llegar con diez minutos de antelación, de modo que no están preocupados.
1:35. Saúl, Gabriel y Sara doblan la esquina de Daddy-Blue para llegar a la puerta de entrada. Nada más girar, reconocen las caras de Carlos y María, y corren a saludarlos. Saúl, sonriente, le dice a María:
- ¡Al final has podido venir! ¿Te ha recogido Carlos?
- Sí. Pero me temo que me voy ya. Mis padres madrugan mañana y vienen a recogerme.
Saúl besa a María, con la que lleva ya dos años saliendo. Se alegra de haber llegado antes de tiempo porque la noche entera merece la pena sólo con verla cinco minutos. Acto seguido se acerca a Carlos y le da las gracias por haber llevado hasta allí a María, pues sin él no hubiese sido posible haberla visto. “Da gusto tener amigos como Carlos”, piensa Saúl.

Escrito por Styler a las Marzo 23, 2004 12:08 AM
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