(Dedicado a Astor Piazzola y
Atahualpa Yupanqui que nos
abandonaron en este 92
de pocos besos y muchos fusiles)
No se me ocurre otra manera
de seguir en pie de guerra
que cobijarme entre tus brazos
practicando el cuerpo a tierra...
y camuflarme con tu carne
en su pasión más incivil
para hacer frente a la jauría
cuando escape del redil.
No se me ocurre otra manera
de seguir en la trinchera
con un beso por fusil...
No se me ocurre otra manera
de seguir no sé hacia dónde...
que ir tras el humo que señala
el fuego que tu cuerpo esconde
para encontrar la luz fugaz,
de algún relámpago de abril
que me descubra un claroscuro,
una silueta algún perfil.
No se me ocurre otra manera
de vencer la eterna duda
que someterme a la verdad finita
de tu piel desnuda,
más poderosa que la tiranía
de cualquier reptil
encaramado a las basuras
de su torre de marfil...