Ya lo dijo la abuela de Warrick “los locos contagian su locura a los cuerdos” y en este caso parece ser que esta lamentable situación sería la mejor defensa ante la ley... triste, muy triste.
Todo por culpa de una señora loca que vivía en un piso de arriba. Un piso de arriba de un barrio de mi ciudad. Este “ente maligno”, -al que sólo puedo definir como malfollada y psicópata, y perdónenme mucho pero ya no me quedan más palabras- se aburría sobremanera, como muchas otras vecinas de arriba y abajo que existen en todos los barrios de todas las ciudades que son y no son la mía. Su aburrimiento –o la falta de medicación- la llevaron a obsesionarse con las vecinitas de abajo, que al no ser propietarias y sobretodo al si ser jóvenes estudiantes se le antojaron víctimas fáciles.
-“En todas partes cuecen habas” dirá uno,
-“sí pero estas son muy gordas, señor”.
No es suficiente ser una puta vecina pesada que da la vara cada jodido día por el volumen de la tele. Ni siquiera es suficiente poner denuncias cada dos por tres a la benemérita, alegando fiestas, inclusive cuando el piso está vacío. Tampoco es suficiente llamar a la inmobiliaria día si día también, o conseguir el teléfono del propietario (váyase usted a saber como) para advertirle histérica perdida que de su propiedad ya no quedan ni las paredes.
La puta muy puta de la malfollada ésta, tampoco tiene bastante con decir a los vecinos que estas señoritas ejercen la prostitución y son dealers (y consumidoras) de todo tipo de sustancias. NO, para más estupor e indignación la tipeja se ha dedicado a llamar a la puerta de cada vecino (uno a uno), para lloriquear que su marido a sido agredido por un “enviado de las pendonas esas de abajo” y que ahora tiene que irse corriendo de urgencias al hospital (no sin antes avisar a los tropecientos vecinos, claro).
La única ayuda (a parte del apoyo de los cuerdos) que han recibido “esas del segundo” son un par de consejos:
(la abogada): - largaos de allí porque esto os puede costar muy caro y no merece la pena.
(el urbano de buen rollo): - si fuerais mi hija, os aconsejaría que un médico vea en el estado mental que os está dejando esta mujer, tal vez eso ayude a demostrar quien es quien en esta historia.
Ya sabe quien tiene que saberlo que mi casa es suya, que su salud está por encima de toda la mierda del mundo. Que lo piense y que la quiero.
(y esto no ha sido lo peor del día, pero va a ser que todo saldrá bien)
Pocas veces tengo la oportunidad de reír a gusto, pero cuando aparecen y estás constipada es una jodienda, porque por no morir en un ataque de tos, tengo que dejar de pensar en ello. Ya sé que no es mucho: decir Barranquilla donde debiera decirse Reguerillo. Pero cuando se dice en un contexto de seria cordialidad con el interlocutor y hablamos de su apellido, la cosa cambia. No sé, me ha dado por partirme la caja delante del jefe, mientras apagaba mi risa bajo la bufanda, -por no ofender a quien quiera que fuese el del otro lado del teléfono-. Creo que el pobre ha perdido por un momento la concentración viendo mis esperpénticos gestos ya casi bajo la mesa, pero ha valido la pena, -dice- por verme reir.
Este finde se celebra el CMYK en Barcelona, y la diada de St. Jordi. Cosa que también me jode un pelín, porque para las pocas cosas que suelo hacer en fin de semana, las que me interesan se juntan cuando no estoy. Pero no voy a quejarme, me largo 3 días a Londres y eso es una buena escapada. Eso sí, me voy con la barranquilla para darle la brasa de vez en cuando.
... si es que me a alegrado el día el niño.
Estoy por fumarme un cigarro. Después de 3 días puedo considerarlo un nuevo fracaso en mi tentativa de vivir sin humo. Pero -teniendo en cuenta que hoy he tenido una nueva percepción de las cosas- también puedo considerarlo una celebración. Por primera vez me siento rara, empiezo a entender esa sensación de no pertenecer al entorno. Creo que alguna vez la he sentido, aunque referida a lugares que de antemano percibí como incómodos para mí. Pero esta vez es distinto, estaba cómoda en mi "querer y no poder nunca" aquí, porque no era una amenaza, ni una lucha, porque no era más que mi melancólico desahogo.
Cuando te llenas de diferencia puedes hincharte con ella, es creativa y es triste, seguramente es lo primero como consecuencia de lo segundo, -como reza el tópico-.
No negaré que me gusta encontrar comments a mis textos, pero no tengo contador, creo que sólo en un par de ocasiones he firmado un comment añadiendo esta url, no tengo ni idea de cómo la gente sabe las palabras que han entrado buscando en sus post, ni como monitorizar esta cosa. No puedo pretender que mis palabras sean más que un gesto placentero pero sobretodo onanista, todo lo que sobrepase esta expectativa es una pequeñita felicidad sin premeditar. Soy vil, pero para otras cosas, en esto no necesito más.
Creo que lo de sentirme rara ha sido un espejismo, así que no voy a encender el cigarro. Hay gente que me encanta cuando se pone guerrera, me gustan tanto que me vuelvo partidista y bajo de la nube de rareza con un batacazo de morros contra el teclado. Que fácil es seguir a alguien, que fácil sentirte protegido cuando no sabes usar bien las palabras pero las oyes en boca de otro, que fácil seguir la línea de puntos, que fácil me resulta volver a ser jodidamente normal.
(*) gracias
En estos últimos días demasiadas veces me han hablado sobre el cambio personal. Demasiada gente tiene la percepción de que le llega una nueva etapa. Demasiada para considerarlo una casualidad.
Estoy convencida. En mi caso tiene que ser cierto.
...por lo menos lo suficiente como para no permitirme (esta vez), dudar demasiado. Si tengo que tomar decisiones, como mínimo que sean tomadas considerando “verdades” -o pros y contras- lo menos etéreos posible.
Odio entrever tendencias cíclicas, emociones alteradas por el polen y/o el calorcito, me mosquea que se planten ahí en medio del camino como cantares populares que nos vienen a recordar lo mucho que nos repetimos.
Si todos estamos igual: debo suponer otra oportunidad de avanzar echada al traste ¿? Considero falseado mi argumento, mi excusa, mi momento, mi vida ¿?
Es muy cierto que todo suele ocurrir de golpe. La calma anímica se ve desbordada de repente por una avalancha de contrastes brutal y allí en medio estoy yo, perdiendo el control. Es cuando más humana me siento, cometiendo errores, como si el resto del tiempo lo hubiese pasado en letargo, anulando mi condición natural, actuando como un androide primitivo, (ni siquiera un Nexus).
Intento no tener que arrepentirme de nada, pero entre tantas emociones, los pies son ligeros, danzantes y el plomo que debiera mantenerlos en el suelo, desaparece. Cada pequeña cosa tiene su proceso, algunas siguen un patrón que ya conozco, pero que no puedo evitar, ni romper. Otras -las más importantes-, me aterran, como toda primera vez.
Desde que esta mañana he empezado a redactar mentalmente este post, las emociones han pintado un lienzo que, ya quisiera yo saber plasmar con pinceles. Como proclamaban aquellos alemanes de principios del s.XX: nada de arte dulce. Un todo, sin armonía: una obra triste, enfadada, nerviosa, insegura, libre, aterrada… vamos, todo un lujo de entrañas y garabatos resumidos en metro y medio. Esto se sucede sin apenas moverme, algún temblor, pero poca cosa más.
Luego ha llegado zoe con todas las respuestas, porque claro, ella si sabe de trompicones anímicos. Y además, lo que mejor hacemos juntas es proyectar. Y me he pasado del arte, al diseño, con un briefing bastante definido.