Este robotico “asistente” de mi hoja en blanco no me deja pensar. Pone caritas y me da pena cerrarlo porque lo echa a patadas una bolita muy cabrona...
Así estoy desde hace unos días: en blanco. Con ganas de volver a esto del blog pero sin nada nuevo que contar. Es como cuando olvido algo, una cita en la consulta de la dietista, por ejemplo (no preguntéis, que ya pasó la paranoia), a lo que iba; lo olvidas y cuando al día siguiente lo recuerdas, te cuesta una barbaridad llamarla para soltar alguna excusa, así que lo dejas para más tarde, ya pensarás que decir. Cada hora que pasa es más difícil y cada día peor, al final eres sencillamente una impresentable, no vuelves jamás y andas por el barrio vigilante para no cruzarte con ella en la vida.
Con mi blog en blanco es más o menos lo mismo. Cuanto más tiempo pasa vacío, más espero a que suceda algo que merezca la pena contar... y así está la cosa: pinta como para no volver jamás.
Una impresentable conmigo misma, pátética. Huyendo de mis propias ganas de gritar, susurrar, comentar o retratar. Eso es algo lamentable...
Sé que son pocos los días extraños, pero cuando vengan querré sentarme aquí en mi diván y si se tercia poner música y tomarme una copa. La Speety dice que vendrá, hasta se dejará perseguir con mi cámara si lo conservo... Así que ponte mona y déjate, que ya sabes que si tu te quedas yo pierdo parte del miedo.
Posteado por rita el 10 Septiembre de 2004 a las 21:04Unas vacaciones no le vienen mal a nadie.
De vez en cuando hay que dejar algo en blanco para poder llenarlo más tarde.
O algo.