Un diván para rita

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-“Las mujeres no pueden ser electricistas, porque hasta los 9 meses no dan a (la) luz”. Así se despedía de mí, el señor lampista, un hombre bajito y fuerte –lo sé por el cachete gracioso que le he dado en el brazo después de su sentencia- Venía de parte de la comunidad por nosequé de las purgas en la caldera. Ha seguido las cañerías y tubitos hasta dar con una “T” que debe, según dice, ser sustituida por algún tipo de “salida” hacia la galería. Mañana, cuando mi jefe vea el boquete, tendré que contarle esto mismo, aunque me temo que va a quedarse como yo: sin enterarse nada bien de que va el nuevo percance y con el convencimiento que algo falla en su adorado feng-shui. [no es un guiño a Adrian, lo dirá]
El viernes pasado casi a última hora se presentó el del agua. Éste acudía a nuestra llamada de socorro porque un cajón (de yeso) del techo del pasillo había empezado a sudar la gota gorda. La mancha de humedad había sufrido un considerable cambio de estado y en su nueva forma de dique empezaba a resquebrajarse amenazando con soltar toda el agua a la de tres. Era un tipo joven y agradable que un alarde de sensatez decidió no acercar el soplete a la tubería de plomo del agua, que estaba junto a la tubería de plomo del gas, nos separaban pocos metros y aprobé firmemente su decisión. Ahora, donde estuvo el cajón, lucen a pelo las tuberías parcheadas con una abrazadera (una especie de grapa), a la espera del périto que autorice el cambio del plomo por el cobre. Me habló de lo peligrosa que le pareció la actual instalación del gas del patio interior del edificio; algo de un booom y de toda la manzana, pero decidí no prestarle más atención por no despertar a la Srta. psicosis, que duerme tranquila arropada por mi tranquila ignorancia.
En realidad la visita que abiertamente (y secretamente más si cabe) espero en el día de hoy es la del técnico de Auna, que según me han notificado pasará en breve. Y es que desde las 16h de ayer estamos sin conexión. No se puede trabajar así, lo de abrir y cerrar la llave del agua para ir al baño, tiene un pase, pero como narices vamos a trabajar sin internet!!!!! A “esos”, los de Auna, sólo he conseguido entenderles lo de la segunda luz parpadeante en naranja, que es la que nos está dando por saco con su intermitencia... o algo.

20:30h Ni rastro del técnico. Me queda el módem a 56K de casa, y sus 4Kb por segundo, que nunca me han parecido tanto como hoy.

Me temo que mañana tendré que atender al périto y sus ninguneos, al lampista enyesador de boquetes y con un poco de suerte al tipo de las incidencias con el cablemodem. Esta casa es una ruina!!

PD: El texto original de este post que he traído en un disquete a llegado a casa tal que así:

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Cagüentó!!