Soledades
Si me preguntaran por la soledad uniría asustadizo las manos, entrecortando mis miradas buscaría un vacío de tiempo en el que sentirme seguro.
Hay una soledad necesaria; esa que se busca a sabiendas de que no es del todo real, esa soledad de la que sabemos que podemos salir cuando lo deseemos con sólo una palabra, con sólo un número... Una soledad voluntaria que renace, que purifica a quien la 'sufre'; no es más que un encierro voluntario entre las paredes de uno mismo, del mundo de cada cual y cerrar tras de nosotros la puerta, pero sin peder la llave de vista... Suele ocurrir en esos momentos en los que tocamos fondo, nos sentimos demasiado perdidos y necesitamos detenerlo todo para reencontrar el camino, para encontrarnos, para no perder la perspectiva del rumbo a seguir... hacia delante, siendo...
Sin embargo, la otra, esa soledad proscrita en la que uno realmente siente no pertenecer a nada ni a nadie, esa de la que hablaba Borges cuando decía 'estoy solo y no hay nadie en el espejo', marchita y duele, apaga y sangra. Es de la que hay que huir y de la que hay que intentar salvarse.
El ser humano es sociable por naturaleza, necesita relacionarse para ser feliz, para sentirse seguro. No sobrevive solo. Los demás son siempre puntos de apoyo, ya sea para estar de acuerdo o en desacuerdo. Pensando, ¿qué sentiríamos si un día al despertar notásemos que todo ser humano, excepto nosotros, había desaparecido? Pavor...
Escrito por Ricardo B. en Abril 26, 2004 07:26 PM
No, nunca estamos solos.
Dicen que la soledad es estar rodeado de gente y pensar en quien te falta...
Yo siempre he necesitado mi momento de soledad cada día... aunque me imaginase rodeada de gente...
Un mundo donde no existiese nadie más que yo sería terrorífico, espero que no ocurra jamás.