El teorema del perro peludo
Toma a tu perro y procede a aplicarle las siguientes operaciones: átale la boca de manera que no pueda abrirla, ciérrale las fosas nasales, tápale los conductos auditivos con las orejas, y en general obtúrale cualquier otro agujero visible. Acabas de convertir al mejor amigo del hombre en el equivalente topológico de una esfera. Dicho en otras palabras, si tu perro fuese de goma, sería posible deformarlo hasta que se transformase en una esfera sin abrirle agujeros, ni dividirlo y volver a pegarlo. Actúa ahora rápidamente, ya que los canes no parecen encontrarse cómodos en tal situación y hasta llegan a perder la confianza en sus dueños. Examínale el pelo. Verás que está peinado de manera que existen dos líneas 'divisorias de aguas', una sobre el lomo y la otra a lo largo del estómago. Acabas de descubrir el teorema del perro peludo, y ya puedes dejar en libertad al animal. Tu perro es la demostración viviente de que no es posible peinar una esfera sin que aparezcan formaciones de pelo en forma de surcos o estrías irregulares. Por supuesto, también existen métodos matemáticos para demostrar lo mismo, pero son bastante complicados y poco entretenidos.
¿Para qué sirve el teorema del perro peludo? El peinado es alisado por todos los lados excepto en un punto: es el más liso que es posible conseguir.
Supongamos que la esfera representa a la Tierra y los pelos a los vientos.
El teorema indica que no hay ningún sistema de vientos (salvo que no haya vientos, lo cual es imposible) en el que no se produzcan por lo menos en un punto, un ciclón o un tornado. A tu próximo perro no lo llames Fido, Bobi o tal vez Sirio. Recuerda el teorema y llámalo orgullosamente Simún, Monzón, Alisio o Cierzo.
Escrito por Ricardo B. en Febrero 20, 2004 07:15 PM