La eterna pregunta
Decía Chris Stevens desde la K-OSO que la mayoría de nosotros hemos estado, en el lugar del accidente del amor no correspondido. Y nos hemos preguntado ¿Cómo he llegado yo hasta aquí? ¿Qué tiene ella de especial? ¿Será su sonrisa? ¿Cómo cruza las piernas? ¿La forma de su tobillo? ¿La conmovedora vulnerabilidad de su cintura? ¿Cuáles son esas cosas efímeras e ilusorias que encienden la pasión en el corazón humano? Es la eterna pregunta, el alimento perfecto para la mente en una cálida noche de verano. El amor no mira con los ojos sino con el corazón.
Por eso al hado Cupido siempre lo pintan ciego. Sí.
Quizá por eso, en cuestiones amorosas, no queda otra que ir a tientas, vigilando de no tropezar en ningún obstáculo.
Escrito por Ricardo B. en Febrero 19, 2004 07:14 PM
No es cuestión d vigilar d dnd pisamos, ni siquiera lo es de hacernos miles d preguntas; simplemente es dejar fluir eso q todos llevamos dentro, supongo por esencia; ese amor existencial; que nos une, que nos separa... solo dejar fluir esos flujos d amor, al fin y al cabo.
Atentamente, Electra