Polvo de estrellas
Una vez un hombre miró el sol que se escondía tras el horizonte, pero por primera vez en mucho tiempo no se sintió solo. Observó las estrellas que empezaban a titilar suavemente en el cielo, y después, la hierba, aún verde, el árbol hermoso, y el agua cristalina y pura y leve que corría alegre por el arroyo. Mas aquella tarde no se sintió solo, porque comprendió que todas las cosas -el sol, el cielo, el horizonte, la verde hierba y el árbol hermoso, el agua transparente y fresca- eran una sola y misma cosa : polvo de estrellas. Y él también era polvo de estrellas.
Sin embargo, a pesar de ser todos una misma cosa, el árbol era árbol, la hierba, hierba, y el agua, agua; y él, hombre. Vio que el árbol tenía todo cuanto necesitaba a su alrededor para ser árbol, lo mismo que la hierba para ser verde o que el agua para ser líquida y fresca. Entonces aquel hombre comprendió en lo más profundo de su ser que la Naturaleza siempre le proporcionaría todo lo que le fuese necesario para ser Hombre.
Escrito por Ricardo B. en Diciembre 23, 2003 07:49 PM
Es tan fácil perderse entre la inmensidad de las estrellas que solo el hombre que es capaz de indagar dentro de su propia naturaleza puede ser dichoso al ver su infinita belleza y lo bello que suele ser contemplar la naturaleza desde un ángulo más humano y con los pies en la tierra me da gusto saber que te mantienes en la búsqueda Ricardo, espero que te encuentres y puedas gozar ese polvo de estrellas por este paseo en el globo azul ,lindo pensamiento!