Reflexiones de pirados

Para lo visible y lo oculto

La poesía marchaba en primera fila, como el soldadito del estandarte que, yendo a caballo, aún estando en primera línea de fuego, cerca del peligro, asoma la cabeza ante el enemigo para demostrar su insignia, su valor y su fiereza, y sobre todo, todo aquello en lo que vuelca su fuerza, todo aquello en lo que realmente cree. Firme, sin mostrar un mínimo gesto de debilidad, planta la bandera en la cara del enemigo, con arrogancia, pero sobre todo, con una elegancia suprema que debilita corazones. Y así, ah Pat Garret, cazador de cabelleras rostros pálidos, nos permite acceder a tal mundo, al de las fieras rimas. Sin embargo, junto a los peces Shakesperianos y la pesadilla atroz de vivir trataré de observar los días próximos que, efectivamente, sólo espuma.

Y la botella de Ballantines, en pie sobre la nada me susurra uno de sus pasadizos, uno que dice: Ballantines como forma de vida, vida perdida por la mujer y la bebida. Excesivo, en mi opinión, el susurro. Demasiado radical, pues con el aroma atroz de mi destino porque huele mal la vida, huele mal y es cierto, y la poesía es la única verdad de la pesadilla. Y, querido compañero, lo peor no está por llegar, lo peor es que es cierto, que ya ha llegado. Aún así, no hay porqué quejarse, ya que, como buenamente he tratado de repetir, la poesía es la única verdad de la pesadilla. Agradezco de corazón aquello de sólo espuma, de nuevo.

Volvemos a preocuparnos por eso de porque el hombre que vive es un moribundo. El agobio terrenal, ya lo decía Shakespeare. Pero no fue el único que habló. Todo hombre cree que los sufrimientos que le han tocado vivir son los peores del mundo dijo Hesse. No miente. Cierto es que la permanencia y la utilidad de algo que requiere esfuerzo es importante, pero no hemos de olvidar aquello que tenemos, y tratar de apreciarlo. Y no hablo por él, sino por los dos.

Ah Strindberg del silencio, compañero sueco, destino oscuro de vivir... no tiene porqué serlo. Y aunque los hijos del polvo en el polvo deben divagar (otro regalo escandinavo), discrepo, ya que Tennyson dijo: como un enjambre de luciérnagas enredadas en una trenza de plata...

Y cómo olvidarnos de la espuma, nuestra adorada espuma... sólo espuma... Ella nos alzará del mar de los lamentos, nos hará flotar cual navío, librándonos de un vendaval, una tempestad, con esa suavidad característica. Y, junto a su corta permanencia a nuestro lado, junto a su dificultosa existencia y su corta vida, podremos observar que todo lo agónico y doliente se hace mucho más llevadero gracias a ella.

Escrito por Hamarzausen a las Mayo 31, 2004 10:21 PM