Reflexiones de pirados

1+1=1

Dos almas encontradas por la fuerza del destino, dos gotas de agua originarias de distintos celajes que tras recorrer el mismo espacio aéreo por fin, y para desventura de ninguno de los dos toparse con la misma tierra húmeda, húmeda de gotas que anteriormente perecieron pero esas si desdichadas.

Dos rosas especiales entre el rosal pues estas no son hermosas como el resto sino amargas y espinosamente duras de asir, como la vida.

Dos remansos de agria realidad con ansias de expandirse a las praderas colindantes. Praderas cercadas, envueltas en su propia fantasía que ilusamente cierran las puestas a las dolorosas regias aguas que con un simple salpicón podrían perturbar los sueños de ilusión de las más lindas flores.

Oscuros eran los dos y oscuramente terminarían pues no eran dos sino uno y no era uno sino dos. Compañeros de estrictas convicciones, ansiosos de expandirse al resto del rebaño, ansiosos de pudrir el resto de las manzanas de la cesta.
El humo del incienso se entrelazaba con la nube de vapor y los dos ecos uno y el uno hecho dos se contoneaban en el baño al son de esa canción árabe. No sabía muy bien porque la había elegido ya que nunca había sido una de sus preferidas, pero lo hizo y se aseguro de que cuando alguien llegara a casa la música estuviera aun sonando.

Termino de desnudarse y mientras lo hacia se dio cuenta de que esta vez cuando lo vieran desnudo en la bañera no iba a sentir ningún tipo de vergüenza. Como si se tratara de algo nuevo, al tocar el agua con la puta del pie un escalofrió recorrió todo su cuerpo.

Cuando el agua hubo cubierto todo su cuerpo alargo la mano para coger la navaja de afeitar que había comprado esa misma mañana.

Comenzó por la cabeza y sin prisa acabo con todo el pelo que había en su cuerpo. Se sintió.....bien, completo y puro. Le llamo la atención como con los años la silicona que unía las baldosas se estaba levantando. "Esto también es una mierda" pensó, y este pensamiento dibujo en su cara una sonrisa imborrable.

Dirigió su mirada hacia la cuchilla y con la yema de los dedos y con cuidado de no cortarse retiro un pelo que se había quedado enganchado. Durante unos segundos contemplo el reflejo de su cabeza, ya sin pelo, en la hoja.

Hundió su mano izquierda en el agua y poco a poco fue acercando la otra mano, con la que sostenía la navaja, hacia la muñeca. Decidió hacer un corte limpio pero no demasiado grande, no valla a ser que se mareara antes de tiempo.

La sangre, como si lo estuviera esperando, se mezclo con el agua instantáneamente y al ver esto la sonrisa de su cara fue haciéndose mas gran; junto con su virilidad.

Giró la cabeza para verse reflejado en el espejo y este fluir de sangre le...... gusto.

No sabía ciencia cierta lo que sentía, pero si que notaba el agua, ahora ya ensangrentada, intentando introducirse por sus venas.

Le sorprendió como no sentía ningún dolor, como lo único desagradable que sentía era un suave y a su vez dulce picar en los cortes de sus muñecas.

Apoyo lo cabeza en el borde de la bañera para luego poco apoco sumergirse completamente en el agua, sin saber que esa seria la ultima vez que sentiría respirar la mezcla de incienso y vapor del baño.

Bajo el agua abrió los ojos y lo único que vio fue.....sangre.

El agua había adoptado una densidad especial además de un color vivo y atractivo. La retina se le tiño de un suave un poco mas débil que mas tarde seria descubierto por....quien lo descubriera.

El mareo fue haciéndose mas grande hasta que bajo el agua y con una sonrisa en los labios jamás antes vista por nadie que lo conociera, murió nació.

Siempre había visto el rock como su única salvación, pero ella bien sabia que las soluciones no eran eternas. Esta tampoco lo fue.

Haciendo un guiño a l que siempre había sido su principal amor hizo sonar El Fin a todo volumen.

El fin mi único amigo.

Decidió no cambiarse de ropa pues iba vestida con lo que mas le gustaba: unos pantalones negros, sus zapatillas naranjas y aquel vestido de los años sesenta que tanto le había costado conseguir.

Nada de seguridad ni de sorpresa.

Nunca volveré a mirarte a los ojos.

Subió el volumen de la música. Abrió la ventana, aparto os collares y abalorios de toda una vida y se subió en ella.

Con lágrimas en los ojos, por ella y por todos los que las necesitan, las lagrimas por supuesto, sonrió y salto.

Rápidamente el suelo acabo con su vida mientras que ella mantuvo la boca totalmente cerrada durante toda la caída.

La sangre que derramaba la herida de su cabeza recorrió toda la calle hasta que en la esquina bajo por la alcantarilla.

Esto, es el fin.

Escrito por Aitor a las Mayo 11, 2004 06:04 PM