- ¿Y bien? – Dijo James
- No le gustan los rodeos. Aún así hemos de hablar un poco. ¿Bebe? – El extraño abrió un cajón y sacó un único vaso que puso en el centro de la mesa. Del cajón además hizo aparecer una botella de whisky sin etiqueta. Llenó el vaso hasta dos dedos y lo empujo hasta situarlo delante de James.
James miró con desconfianza al vaso. Estaba allí, a más de una hora en coche de casa, dentro de una habitación que parecía un abandonado almacén de obra, y delante de él un desconocido. El nexo de unión entre dos extraños era una nota recibida hace dos días firmado por un número, 116, unas coordenadas para su GPRS y tres palabras “No te arrepentirás”. ¿Sería el desconocido “116”? Algo estaba claro, si algo le pasaba tardarían tiempo en dar con él… nadie sabía a dónde había salido esta mañana.
- Beba James. Si cree que le he traído aquí para hacerle daño ya hubiese surgido la ocasión. ¿No cree muy rebuscado hacerle venir para envenenarle en medio de la nada? -. Mientras 116 hablaba, James miró de nuevo el vaso.
- Ya no bebo. Lo he dejado -
- Vamos, aquí no hay secretos. Sabemos que desde tu divorcio has dejado la bebida. ¡Claro que lo sabemos! Pero también que sigues disfrutando de alguna copa en la tranquilidad de tu casa de este mismo whisky. No crea que ha sido fácil conseguirlo, ¿sabía que de las cinco botellas que llegan a nuestro país de esa destilería una es para usted? -
- Soy escocés, me trae recuerdos de casa y del pueblo de mis padres.- Se reclinó en la silla mirando incomodo el vaso pensando que quizás debería beber un poco.
- Recuerdo ya, fue hace muchos años, que cuando yo fui convocado en su día, mi mentor hizo esto mismo y me ofreció una copa de Oporto. Disculpe que no le acompañe, pero mi médico me ha prohibido la bebida. - 116 Sonrío. – Ya no soy un zagal. –
- No me ha respondido. – cogió el vaso y se lo llevó a los labios. - ¡Maldita sea!- pensó. - ¿Qué es lo que quieren de mi?.
Su vida a cambio d nada
Escrito por Electra a las Junio 15, 2004 11:17 PM