Carta a M:
La vida es tenaz, persiste, se abre paso a través de las dificultades, eso me han dicho otros. Cuando te conocí, vi como esta se había abierto paso a través de tus muñecas, para ver por si misma ese mundo del cual nos hablan los demás.
Te conocí ayer, pero esa noche estuve a tu lado, cuando gota a gota de rojo carmín, la vida iba a buscando tus dedos para sentir la tersura de los caminos que habían hallado en pieles ajenas. Cuando acarició el aire que respiras, descubrió que el mundo olía a ocre y a desinfectante, mientras poco a poco, pintaba pasión y te asombrabas del lienzo que era tu baño.
Anoche reparé en ese camino dejado por tu vida en tu brazo izquierdo y pregunté. Tú me sonreíste mientras el azul de tus ojos se clavaba en los míos y me condenaste para siempre a verlos en las olas. -“No es nada”- Dibujaste esas palabras en el aire, yo en este papel.