Ya no duermo, sólo sueño
sueño que ya no puedo dormir.
El remedio es un placebo
puedo olvidar que alguna vez te creí.
Descanso apenas
cuando asustado despierto
tu mano es tan real
y lejos de tu piel
yo no existo.
Ahora siento y vivo y hago
-puedo olvidar que alguna vez te mentí-
porque ya no existo, nena,
sueño que ya no puedo dormir.
sueño que ya no puedo dormir.
apenas
cuando asustado despierto
tu mano es tan real
tan real
apenas
cuando asustado despierto
tu mano es tan real
lejos de tu piel
yo no existo.
no existo
no existo
no existo.
(Este tipo de post lo copié de otros blogs. Sinceramente, no es mi estilo)
¿Cómo puede ser que el puto Word for Windows tenga en su diccionario castellano las palabras “Word”, “Explorer”, “Windows”, “Excel”, “Access”, “Bill Gates” (todas con mayúsculas, pues son nombres de programas o personalidades del también incluido “Microsoft”), y no tenga las palabras “Sócrates”, “Platón”, “Hitler”, “Ghandi”, “Elvis”, y otras muuuchas más? A cagar. Propongo eliminar a Gates y sus vástagos de la Enciclopedia Británica y de todas las enciclopedias que los incluyan.
¿Por qué se dice que las vacas silvestres deambulan “sin rumbo”, y que son un peligro para las personas que circulan por carreteras? ¿Deberían ir las vacas por la carretera? ¿Las personas deambulan “con rumbo”? Se van todos a la mierda. La próxima vez, antes de hablar del rumbo de la vaca, pregúntenle dónde va.
¿Por qué tanta “atención al cliente”? ¿Por qué “el cliente tiene siempre la razón”? ¿Por qué hay esclavos que deben sonreírles a los clientes para que éstos sientan que la empresa los quiere? ¿Por qué es bueno que haya teleoperadoras negreadas para satisfacción del cliente? Al carajo. Propongo un modelo de empresa al estilo de “La parolaccia”, un restaurante italiano donde los camareros te tratan para la mierda, te putean y te arrojan (literalmente) el plato sobre la mesa sin contemplaciones. Y propongo que, en este tipo de empresas, los empleados siempre tengan la razón.
¿Por qué el juez Garzón se cree el Llanero Solitario? ¿Acaso no sabe que en el Derecho Penal no existe la Justicia? Él debe limitarse a decir si una conducta es o no legal, no si es justa o injusta. Ejemplo: si yo trabajo 12 horas diarias y me pagan un salario de $100 al mes, estamos ante una situación que (yo, personalmente) calificaría de injusta. Pero si la ley lo permite (y lo hará en las próximas flexibilizaciones laborales) ningún juez penal puede encarcelar a mi empleador por esclavizarme. ¿Tamos? Entonces, por más que sea injustísimo (a criterio de muchos) lo del indulto, fue todo legal. Lo único discutible son las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que dejaron por igual en la calle a Montoneros (y del ERP y otros tantos) y represores (marinos, generales, federales y bonaerenses), y que varios jueces ya declararon inconstitucionales (aunque no injustas). Propongo “que se vayan todos” los ex represores y ex guerrilleros a una isla desierta y que la Argentina pueda emprender un camino sin rencorosos ni resentidos. Y que Garzón deje de usar los tribunales españoles para sumar porotos en su carrera hacia el Nobel de la Paz.
¿Por qué se pide dinero desde distintas ONGs europeas para dar de comer a gentes de otros países y continentes, si en las sociedades del mundo desarrollado hay gente que come decididamente mal? Propongo crear una ONG para dar de comer a las modelos.
¿Por qué, si al año mueren más personas por accidentes de tránsito que a causa del tabaco, no se pide la prohibición del automóvil? Sugiero que los coches incorporen leyendas del tipo “Conducir es perjudicial para la salud”, o “Manejar puede provocar la muerte”, o “Esto es un ataúd con ruedas”. Y que, además, se prohiban las publicidades de autos.
¿Por qué si toda América Latina habla castellano, e incluso los “hispanos” son la primera minoría de EEUU, llenando al gran país del norte de TV y radio en castellano, en España se hablan miles de idiomas y dialectos? Que si el catalán, que si el gallego, que si el euskera, que el valencià, que el asturianu, que la fabla aragonesa, que la lingua llionesa y que la puta que lo parió. Resulta que ir a Barcelona es como ir a Ljubliana: no se les entiende nada. Propongo la balcanización definitiva de España, las independencias de Euskadi y Catalunya, la autonomía de León, la provincialización del Bierzo y la autodeterminación de Carabanchel. Y la anexión de Portugal a Castilla. Olé.
¿Por qué todo tiene que tener un por qué? Propongo el destierro definitivo de la causalidad y la reivindicación del azar como única fuente de acontecimientos.
¿Por qué no dejo de escribir pavadas? Sugiero la finalización inmediata de este post.
Dato primero: pal que no se dio cuenta, el entero post que hablaba de la naturaleza interesada de la belleza es un gigantesco apócrifo. Je-je.
Dato segundo: el post donde insultaba a los bloggers (conmigo incluido) recibió más respuestas que aquél donde preguntaba por los motivos que cada uno tenía para postear. ¿Será que estamos más para Mauro Viale que para la introspección? No se preocupen, lo que ocurre en realidad es que nadie me toma en serio. Y con razón.
Dato tercero: Matrix enamorado nos hace felices a todos, aunque acarree consecuencias negativas para su producción: escribe menos seguido y menos interesante. A ponerse las pilas, Dark Lord.
Dato cuarto: Gollum en su estado normal no hace feliz a nadie, y acarrea consecuencias negativas para su producción: escribe poco seguido y poco interesante. A ponerse las pilas, piltrafa.
Dato quinto: este blog tiene una categoría de lectores silenciosos, que leen pero no comentan. Tenía ganas de decirles que no es una actitud muy simpática, pero me siento identificado con ellos.
Dato sexto: sentido.
Dato séptimo: la línea inmediatamente superior pretende ser un chiste. Muy malo, por cierto.
Dato octavo: deseo expresar a todos aquellos que están contentos y a gusto con el diseño de nuestro querido blog, Placebo Virtual, que yo no tuve nada que ver, que sólo Matrix está obsesionado con la(s) película(s) de donde sacó su nombre. A mí, esos filmes ni me fú ni me fá, y como no tengo idea de diseño, he decidido aceptar (gustosamente) las propuestas de mi amigo. (De verdad: queda bien, ¿no?)
Dato noveno: Este es, definitivamente, el post más estúpido que escribí en mi vida.
Dato décimo: en este preciso momento, una canción ha logrado traerme un recuerdo muy antiguo: yo viajando en el colectivo 24 de vuelta a casa, tarde a la noche, saliendo del Curso de Ingreso para el CNBA. Es frío, está oscuro y el bondi se interna poco a poco en las calles de Once, con sus veredas repletas de bolsas de consorcio que aún no ha retirado el camión de la basura. En aquellos años no había tanto cirujeo, aunque recuerdo que cada tanto se veían a unas señoras gordas con sus hijos revolviendo los desperdicios que dejaban las empresas textiles de mi calle. Ahí estaban, alumbrados por un farol maltrecho, o por el cartel luminoso de algún comercio ya cerrado. Y mientras todo eso sucede, me olvidé del décimo dato...
En fin, terrícolas, disfruten estas líneas que están para rellenar ese vacío que sienten cuando entran a Placebo y están los mismos post pedorros que hace cuatro semanas. Vermouth con papas fritas y ea-ea-pepé.
He dicho.