Martes 24 de Agosto del 2004

EL HORROR SEGÚN TOMÁS ELOY MARTÍNEZ

 IFLA 2004Ayer se inauguró el 70° Congreso sobre Bibliotecas e Información, en el Teatro Colón. La conferencia inicial estuvo a cargo de Tomás Eloy Martínez. El diario La Nación lo citó:

Los hombres siguen buscando en los libros ese aliento de eternidad que pareciera no estar en ninguna otra cosa. El libro ha sido siempre no sólo una celebración del conocimiento, sino, ante todo, de la vida. ¿Qué significa celebrar la vida en estos tiempos de integración de los mercados, las finanzas y la tecnología? Significa celebrar los valores que definen lo mejor del espíritu humano. Todos seguimos imaginando el Paraíso bajo la especie de una biblioteca.
Asimismo, en una entrevista realizada tras la conferencia, el autor de El cantor de tango hizo notar la decadencia a la que puede verse sometido el valor cultural de una obra en aras del mercado
¿Cómo ve estos tiempos globales de fast books y títulos que sobreviven apenas unas semanas arrastrados por los que vienen detrás?
El libro resiste, pero el mercado es una horda que avanza, cambia las finanzas pero no las personas. Y a veces las empeora. Pero hay otro problema: es lo que hoy ocurre con los libreros y el libro rápido. El otro día, en Borders, uno de esos supermercados de libros, discos y calendarios de East Brunswick, en Nueva Jersey, fui a comprar una edición que mi hija necesitaba para el colegio titulada "La muy lamentable tragedia de Romeo y Julieta". El vendedor me dijo que no estaba. Tampoco la encontró como "Romeo y Julieta". Le pedí que la buscara por autor y me dijo con cierta indiferencia: "¿Me puede deletrear el nombre?" En Estados Unidos, donde Shakespeare se lee en la escuela primaria, hoy reina una enorme ignorancia de los libreros en esta mercantilización de los productos culturales, lo que constituye un problema muy serio.
Sin palabras. No hay nada que agregar a la anécdota.

Escrito por J.E.L.
Comentarios

Si lo que te preocupa es como el capitalismo se relaciona con los libros, vele el lado bueno, es más fácil conseguirlos.

Comentado por Federico

A una amiga le pasó de ir a El Ateneo, para comprar Concierto Barroco de Carpentier. La librera le preguntó si "barroco" se escribía como la casa de ropa (Barocco).

En otra, cuando fuimos a comprar Tirano Banderas, el chico lo buscó como Tirando banderas.

Y de esas, miles más...

Comentado por Amanda

Federico: No. Lo que me preocupa no es la relación del capitalismo con los libros, sino la relación que los vendedores de libros establecen con respecto a ellos.
Hubo un tiempo en que ser librero significaba conocer al pelo los títulos de la librería en cuestión. Ser librero significaba reconocer los gustos del cliente. Hoy en día, una librería se asemeja más a un Mc'Donalds, un antro atendido por empleados robotizados, sin razonamientos propios. Ahí, en el comentario de Amanda, tenés el ejemplo perfecto de lo que tanto Tomás Eloy Martínez como yo queremos decir.
Amanda: No sé si reirme o llorar con lo que comentás. =(

Comentado por JEL
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