Viajo en tren, subterráneo, colectivo. Generalmente, evito mirar las caras de la gente. Pero anoche, y esta mañana, por el contrario, me dediqué a clavar los ojos en alguna fisonomía al azar. En muchas fisonomías al azar.
Y lo que vi (rostros cansados, gestos resignados, pensamientos que piden a gritos ser expresados, preocupaciones reprimidas y un largo etcétera) no me es ajeno. Pero, como te dije, me es difícil pensar en un futuro lejano, cuando lo real, lo tangible, es el hoy. Y cuando no sé si mañana, o dentro de unas horas, seguiré estando sobre la faz de la tierra.
Pero, ¿qué importa? Lo que deba pasar, pasará. Y, ¿sabés? Siempre, el futuro es hoy. Por eso, a pesar de que a veces sientas que la inseguridad te invade; a pesar de que a veces veas el futuro como inexistente; a pesar de la idea de frustración...
Carpe diem. =)
Cuando los miraste, ¿ninguno te dijó: "¿que miras?"?
Perdón, no me sale ser profundo.
Es un cuelgue ponerte a mirar a la gente, yo en los viajes no porque voy leyendo, pero cuando camino por la convinación de subtes, que por lo gral voy en contra de la gran mayoria, miro a la cara a los que me cruzo y ves todo tipo de cosas...
Como dice Mafalda "se diferente, sonrie"
ke pasara mañana
yo vivo todos los dias como si fuera mi ultimo