[ADVERTENCIA: Post largo al acecho...]
Estoy impresionado. Me siento en la obligación de contestar a Matrix y a Trixie, y no tengo idea de cómo. Es que los dos han derivado para lugares distintos, han abierto (aún sin saberlo) nuevas discusiones y no me imagino cómo hablar de todo al mismo tiempo.
Podría empezar diciéndole a Trixie que no debería sentir vergüenza de ir a misa por la misma razón que ninguno de nosotros siente vergüenza de ir a los trabajos nefastos a los que vamos, ni sentimos vergüenza de las películas horribles que miramos, ni nos avergonzamos de los hipermercados ominosos donde compramos. La Iglesia es una institución social, y la "educación" que recibimos nos acerca o nos aleja de ella, como nos acerca o nos aleja del crimen o de las ONGs. Somos el producto de la sociedad en la que nacimos, y actuamos de acuerdo a ella.
También querría decir que "Dios no se mancha" es una frase poco feliz. Dios no es ajeno a la Iglesia Católica. El Dios de los católicos es una creación de la Iglesia Católica (del mismo modo que Alá es una creación del Islam, y Cronos una creación de los sacerdotes griegos). Dios es lo que la Iglesia dice que es, y por lo tanto no veo cómo exculparlo de los "crímenes" de la Iglesia.
Dios (y a partir de ahora creo estar respondiéndole a Matrix) es para muchos de los que leen estas líneas un ente creador ajeno a las instituciones de los hombres. "Dios es algo parecido a lo que llamamos Naturaleza", me pareció leer de ARO72. Dios es La Fuerza, Dios es cada animal, Dios es el Viento y el Mar, la Vida y la Muerte. Dios es TODO. Luego, Dios es NADA.
En Ficciones, el enemigo de Matrix (J.L.B.) tiene un cuento fabuloso titulado "La lotería de Babilonia". En ese cuento, los ciudadanos de Babilonia empezaron a jugar a la lotería común, pero como acabó por aburrirlos decidieron que, además de sortear premios, hubiese números con castigos; a continuación, fueron extendiendo la cantidad y variedad de premios y castigos, y hubo sorteos cada vez más seguidos; luego, la pasión por la lotería hizo que los sorteos fuesen secretos y la variedad de premios y castigos abarcó hasta los más mínimos detalles de la vida; finalmente, cada cosa que le ocurría a un habitante de Babilonia (buena o mala) era el resultado de los infinitos sorteos que se hacían ininterrumpidamente en la Lotería: todo se sorteaba, tanto la suerte de encontrar una moneda, la muerte de alguien, la recolección de frutas, si llovería o no, etc., etc... (Léanlo, soy pésimo para resumir)
La conclusión es: estuviera o no la Lotería detrás de cada acontecer humano, daba lo mismo. Si lo que ocurría había sido dispuesto por la Lotería en sus sorteos, o era obra de la casualidad, el resultado era igual. Reemplacemos "Lotería" por "Dios" y veremos que es lo mismo. Si Dios está atrás de todo, o las cosas ocurren porque sí, es igual.
Vuelvo al comienzo (y me dejo temas sin tratar). Trixie: ¿por qué la sociedad nos forma para que vayamos a misa, o a la Bombonera? ¿Por qué nos educa para aceptar esos trabajos tipo McDonald's? ¿Por qué nos retiene frente al televisor hasta las tres de la mañana para ver una película idiota? No lo sé.
Dios, por desgracia, no es respuesta suficiente.
Escrito por GOLLUM¿y porque Dios deberia ser respuesta?
Comentado por A.Siempre estamos buscando aprehender a Dios mediante el conocimiento, atraparlo en una idea. Y Dios se escapa, porque Dios no es una idea. Dios es el SER mismo, la vida.
A Dios solo se le puede experimentar, sentir, expresar sumergiemndonos en la poderosa corriente de la vida, de todas las vidas.
Entremos en armonia con ella, dejemos que fluya a través nuestro. Desbloquiemos nuestro ser de ideas y sentimientos contrarios a la armonia. Fuera el odio, fuera el resentimiento, fuera la envidia, fuera el juicio...y la condena.
Entonces la experiencia del todo y de la nada, será en nosotros. Entonces comprenderemos