Escrito por: Newton
El otro día hablando con unos panas, estos me hicieron una reflexión que me puso cabezón... Los muchachos en cuestión tenia fuertes razones (con sus consabidas diferencias) para pensar que la mala o buena disposición emocional, espiritual o física de vivir en una metrópolis estaba asociada a la belleza; no solo de sus monumentos arquitectónicos de valor histórico, ni de su ordenación urbanística, ni siquiera de la vida nocturna que en ella se pudiese desarrollar, sino precisamente de esa belleza física que caracteriza a sus habitantes. En el calor de la conversación, a mi se me ocurrió plantearle una teoría: en las ciudades, específicamente en mi querida y no tan bien ponderada Caracas, el mal humor imperante (y no digo el buen humor porque esto depende de una manera muy particular de sentir, en cambio el mal humor es mas común a todos por una serie de variables externas: contaminación (visual (propaganda desmedida en vallas y anuncios), material (falta de servicios públicos eficientes en la recolección de la basura, descuido de la ciudad), auditiva (buhoneros), policías matraqueros, delincuencia incontrolable, etc. ))era una constante que afectaba con mas fuerza a los seres humanos del genero femenino mas que a los del lado masculino... ¿por que?
Precisamente, porque (a mi se me ocurre en el caso de las que no tienen compromisos sentimentales) no es fácil vivir en una ciudad siendo el blanco de las miradas y piropos babosos de algunos colegas del genero masculino, caminando o manejando entre basura y calles con malos olores, acoso sexual machista en el trabajo, etc., y de paso no tener ni un solo ejemplar del sexo opuesto el cual sea digno de admirarse...ya sea por unas buenas y proporcionadas formas, ya sea por unas buenos y declarados sentimientos...
Contrario el caso de los hombres en este país, que saludan con extrema alegría que vivamos en un país donde casi todas las mujeres son hermosas (trabajadoras, responsables y sumamente cariñosas) es justamente lo que hace que tengamos, (en la cara de cada macho venezolano) una sonrisa de satisfacción entre la cerveza bien fría y la emoción trepidante de las carreras de caballos, un motivo mas para decir que en Venezuela puede haber crisis pero no en materia de mujeres.
Al final de la conversación (borrachos y stoned) llegamos a la conclusión de que vivir en una ciudad sin mujeres bellas es como vivir sin emborracharnos, lo que nos llevo a una reflexión final: ¿Cual será el país con las mujeres más feas?, ¿Existirá...?
Ninguno de nosotros quiso averiguarlo...
mmm... de acuerdo con lo de la belleza..
Vivo en Maracaibo.. y me parece que la gente de aqui es fea... si, si, si, maracuchos.. odienme.. y despues preguntenme.. si me importa..