Escrito por: Newton
Es precisamente en los acuerdos donde casi todo cuenta, no en la comparación de 2 imágenes mentales. Es así como actos referidos a otros emparejan condicionadamente 2 acciones distintas mediadas por la memoria, generando 2 estrategias de control ideológico (inclusión, exclusión) donde el anonimato es la personalización de ser una especie de transfiguración. Podemos ir removiendo bits, crearnos y recrearnos sin ser descubiertos, sobretodo porque no hay nada definitivo que descubrir. He ahí el valor de no ser nadie (no alguien diferente) sino nadie en particular.
Esto hace que cualquiera pueda manipular la información y ser manipulado por sus consecuencias de manera profusa, prácticamente infinita y además difícil de localizar físicamente (individuo) y aun más de valorar esa información (contenido)
En la red se navega a través de sitios distados por la afinidad y se naufraga al constatar que los itinerarios personales (como un todo) no configuran el territorio “virtual” pues todo siempre termina por llegar a la “realidad”. Esa es una de las tristezas del hacker…