“Puede resultar extraño para un hombre, que no ha sopesado bien estas cosas, que la naturaleza disocie así a los hombres y les haga capaces de invadirse y destruirse mutuamente; y es posible que, por tanto, quiera —no confiando en esta inferencia, derivada de las pasiones— confirmar la misma por la experiencia. Reflexione entonces que va armado y procura ir bien acompañado cuando viaja, que cierra sus puertas cuando se va a dormir y que, incluso dentro de su casa, cierra con llave sus arcones, aun a sabiendas de que hay leyes y funcionarios públicos armados para resarcirle de cuantos daños le hagan, qué opinión tiene de sus conciudadanos cuando cabalga armado y atranca sus puertas, y de sus hijos y sirvientes cuando echa el cerrojo a sus arcones. ¿No acusa así a la humanidad con sus acciones como yo lo hago con mis palabras?”
Thomas Hobbes (1588-1679). Filósofo inglés, Leviatán, I, xiii