Por: Newton
Azotado por el miedo, recogí una de las ametralladoras, abandonadas por los terroristas, y me coloque debajo de la mesa. Revise el artefacto que parecía mas un lanzallamas que un soldador, y repentinamente, una voz me indico:
- “abajo a la derecha”
Justo al frente del Café, en un edificio elegante… ella, de cabellos rizados castaños y ojos verdes, me transmitió un mensaje de texto telepático:
- “Vaya a por la letra de esa canción y me la trae de vuelta…”
Ella es mi demonio personal, así que debo alimentarla…