Un carajo arrecho
Novela escrita por: Newton
Crisolina Guedez era una mujer pequeña de rasgos mulatos, marcada por el signo de la soledad inhóspita. Por su expresión parecía que hubiese heredado mil años de sufrimientos en la esclavitud propia de su raza y al mismo tiempo poseía la angustia de tener que estirar la quincena miserable que le pagaba aquel malvado déspota que tenia como jefe.
Se apareció ante nosotros como una sombra, cruzo el dintel sin llamar a la, puerta y se plantó frente a Ashtar con una actitud de perro regañado confianzudo:
- Diga
La voz se diluyo en unos labios apretados y minúsculos que nunca habían presenciado una expresión profunda
- Lleve a estos señores a las oficinas de contabilidad- dijo el jefe- Van a ver los libros
Una vez mas sus palabras sonaron con acento indeterminado. La mujer ni se inmuto quizás ya acostumbrada a los insultos de tan nefasto personaje. Giro sobre si misma e hizo un ademán que yo interprete para que la siguiéramos.
- Yo iré dentro de un momento- dijo Ashtar con cierta suspicacia
Luego, hizo girar su silla y se quedo pensativo mirando lo s monitores…
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La oficina de contabilidad quedaba en el mismo pasillo y solo estaban separadas por 30 metros por una alfombra de tigre barata y paredes empapeladas con motivos de pinos silvestres.
La secretaria abrió la puerta y pasamos sin sospechar que aquella pequeña y maliciosa mujer, apenas traspusimos el umbral, cerro violentamente la puerta pasándole doble llave: el lugar estaba solo y el ambiente sumamente seco. Rita sobresaltada por el sonido inesperado me miro nerviosa.
- Nos encerraron- musito
Se reflejo en ella un claro temor, lo que hizo resaltar el intenso rojo de su cabello abierto en un abanico cuando su cabeza giro hacia donde me encontraba.
- Que deponga- dije sádicamente ¿Nunca has dormido sobre un colchón de facturas?
- Coño no seas guevon. Esta vaina no me gusta- replico
Sin modificar mi actitud de aparente tranquilidad para no crear pánico, pude comprobar que la amplia habitación era un lugar hermético. Pero hubo algo que me preocupo más: ¡2 lados del lugar eran de acero puro! Mi primera reacción fue abofetearme repetidamente
- ¿Qué te pasa?- pregunto la jeva- ¿hay zancudos?
- Ojala- respondí arrecho- soy un pendejo, un bruto. Mira… ¿ves esas paredes?
Señale, abriendo los brazos como el cristo de Rio de Janeiro…
- Son paredes trituradoras
Fui hacia la puerta y trate de forzarla pero era inexpugnable
- Coñoo, estamos jodidos- lo dije sin poder disimular mi frustración. Rita se lanzo sobre mi y me abrazo completamente aterrorizada
- ¡Noooooo…!
- ¡Siiiiiiiiiiii…!- grite esperando que su miedo aumentara para ver si me apretaba mas fuerte
- Pero ¿Por qué?, ¿Qué le hemos hecho a ese señor?- Dijo al instante que empezaron los primeros gimoteos
- Verga, ¿y te parece poco jurungarle las cuentas?
La moral de Rita cayó estrepitosamente, tanto que termino recostando su cabeza sobre mi pecho. Su perfume invadió mis sentidos y tuve una visión extática ante la proximidad de una muerte irremediable.
Su voz era ya un gemido quebrado por la impotencia de mi ingenuidad… no había salida. Repentinamente, se oyó un crujido y en pocos segundos nos abrazamos tan fuerte, que pensé era un milagro divino el que compartiera mis últimos momentos abrazado a Rita en una confusa y dolorosa dimensión entre lo sublime de la tragedia y la serenidad mas infinita.
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Sorpresivamente, Ashtar abrió la puerta y nos increpo con una furia demencial:
- ¿Qué coños esta pasando aquí?, ¿ustedes creen que esto es un motel?
- Desgraciado, hijo de puta- vocifere- querías aplastarnos- dije señalando las paredes de metal
- Verga ¿Qué se fumaron?- replico Ashtar- llevándose el dedo índice y anular a la altura en forma de O- Esas paredes son parte del blindaje, varias veces la competencia ha intentado entrar en este recinto sagrado
Resoplando el susto disimule
- Bueh… voy a creerle para no entrar en polémica porque yo solo discuto con un whiskey en la mano
- Pues hoy no es su día de suerte- apunto cínicamente el malvado y corrupto comerciante. Prosiguió: - A ver, ¿Qué anda buscando?
Por razones obvias, no dije nada abiertamente. Como no tenía pistas concretas opte por mantenerme firme en mi posición de agente gubernamental:
- Déme la lista de clientes para los 2 últimos años
Ashtar ni se inmuto. 10 segundos después se dirigió hacia una pila de papeles, extrajo un paquete y me lo extendió a la altura del pecho. No lo agarre…
- Tiene que darme el verdadero
Yo sabía que este tipo de empresarios siempre tenían un As bajo la manga… De mala gana abrió un estante que tenia bajo llave y me entrego otro fajo de papeles, pero al momento de agarrarlo lo atenazo con fuerza.
- Dígame… ¿Qué esta buscando?
- Un nombre
- ¿Para que?
Rita pelo los ojos, Ashtar frunció el ceño… le arranque el paquete y procedí a abrirlo. Enseguida empecé a observar las enormes listas de personas naturales y jurídicas, recorriendo velozmente cientos de columnas con mi dedo índice ante la admiración de mis 2 atónitos espectadores, que no podían creer la velocidad sincronizadamente diabólica entre mis ojos y mis manos. A casi 50 líneas por segundo desechaba apellidos con la destreza de un hombre soltero que debe verificar el ticket del supermercado.
Era tal la velocidad que Ashtar término mareándose y vomito en un rincón, situación que aproveche para arrancar una pagina con información vital.
- ¿Logro encontrar algo?- exhalando el aliento ácido propio de los que regurgitan
- Nada
- Entonces tienen un minuto para desaparecer de aquí o de lo contrario van a terminar friendo algo en algún sartén…
Ante mi astucia, y considerando que el caso estaba encaminado, agarre a Rita por un brazo y nos dirigimos hacia la salida como si hubiésemos robado una revista en una librería. Afuera, me pregunte si deberíamos…
En el proximo capitulo: ¿Volver? (Cap. #13)