Arte digital: Rafael Matthey
Reseña escrita por: Newton
La manipulación de imágenes fotográficas digitalizadas ha sido una técnica ampliamente utilizada por los nuevos creadores de arte virtual. En un contexto donde la cultura del cyborg a sentado las bases hacia la búsqueda de la hibridación entre cuerpo-maquina y cuando la excesiva información alimenta oscuros propósitos de origen pseudo-misticos, la sencilla pero explosiva propuesta de Rafael Mattey, gira en torno a varios ejes temáticos que se entrelazan en un discurso fotográfico proporcionando elementos de realidad que pretenden plasmar ese inexplorado universo de objetos y espacios donde el sujeto se pierde y sufre una bilocación al no reconocer sus limites, haciéndose, en consecuencia, uno solo con el objeto o con el espacio que lo contiene.
La serie presentada en esta exposición, Maniobras en la Oscuridad, da inicio a la exploración en el manejo digital de fotografías obtenidas por lentes analógicos, duplicando la imagen hasta lograr un realismo fantástico en donde los rostros de infinita tristeza, cuerpos transformados en espectros implantados, situaciones que estallan a través de múltiples colores son percibidos por un elemento de uso cotidiano, ya sea una cámara sofisticada ó un par de lentes oscuros. En esta encrucijada no existen las diferencias entre luz y ausencia de ella porque ambas coexisten en una eterna pugna. Es ahí donde la imagen salta de manera fantástica fuera de sus contornos para perfilarse como una situación de extrema pureza objectual. Se conforma de esta manera una dupla consistente en un hombre mejorado y una imagen brumosa, reconciliados en la medida que el implante, en este caso el objeto común, cubra las expectativas de color y dimensionalidad. De manera verosímil, las imágenes cumplen el objetivo inicial de su autor: captar un momento y una atención. A partir de ese instante, el lente orgánico empieza un trabajo de captación/asimilación y traducción, en la reflexiva y aguda identidad de una mente abierta a ciertos detalles.
Son precisamente, esos souveniers de corte visual, en los que el artista hace una asociación con los elementos de la realidad, en un recursivo discurso sobre la fusión de elementos distorsionados, el cuerpo físico de la obra se convierte en una abstracción, conformando en el individuo un híbrido multidimensional en las sensaciones de espacialidad y conceptualización del tiempo.
Es la frontera entre la imaginación y la visión, donde el artista se refugia para hacer desaparecer, como por arte de la tecnología, viejos paradigmas y plantar una semilla de curiosidad en esos ojos que se atreven a desafiarse a sí mismos. Su búsqueda es la exploración de lo asombroso, de ese regocijo al descubrir atrevidas insinuaciones, llenas de ligereza y placidez, lugares oscuros y al mismo tiempo refrescante, manipulaciones fantásticas. Risas francas bajo miradas cautivadoras.
que bueno mi pana realmente sorprendente me quede com la boca abierta
Escrito por carlos zulga a las Agosto 22, 2005 07:04 AM