Como un suspiro de tu boca

Nunca es demasiado tarde

Hoy reflexioné sobre una cosa bastante extraña. Se trata de una sensación placentera a la par que desconcertante. Hablo de la sensación de saber que alguien te quiere, te desea. Y como en la mayoría de relaciones interpersonales, hay dos vías posibles. Ser el que ama o ser el amado. Por llamarlo de alguna forma.

Ventajas y desventajas, como en todo.

Cuando eres esa persona que suspira por otra generalmente tienes dos opciones: la de ir de vícitma y acosar a la pobre persona por la que suspiras (que suele ser lo más habitual) o la de callarte y no decir nada. Simplemente esperar y, cuando las cosas le van bien, sonreir. Aunque tu no estés dentro de esas cosas que van bien pero, al fin y al cabo, es su felicidad, ¿no?. En cualquier caso, hablo siempre de relaciones no correspondidas, unilaterales.

Cuando eres esa persona por la que alguien suspira, generalmente, también tienes dos opciones. La primera y más cruel, la de hacerle ver que no te interesa, que por más que haga, por más que espere, jamás podrá gozar de tu compañía. La segunda es la de intentar ver qué te está ofreciendo, darle tu brazo y poco a poco decidir si te interesa o no. La verdad es que cuando alguien te quiere y lo sabes, la sueles mirar con otros ojos, no sé.. yo cuando he sabido que le interesaba a alguien no he podido evitar algún gesto de ternura. Paranoias.

Se me ocurre otra opción. Es la de cuando alguno de los dos ha sentido algo en algún momento por el otro y todavía le queda un resquicio de ternura para con la otra persona. Y es la otra persona la que le tiene un cariño especial a la antes mencionada en estos momentos. Entonces entramos en una mezcla de confusión, cariño y pasión de la que nos es muy difícil escapar.

¿Nunca has jugado a enredar tus dedos en su pelo? ¿Nunca has soñado con despertar a su lado? Y sin embargo no despiertas a su lado, él despierta al tuyo. Es entonces cuando se da cuenta de lo que has hecho por él, es entonces cuando se da cuenta de lo que ha perdido, es entonces cuando despierta de su letargo. Demasiado tarde. O no.

¿Cambiarías el ritmo de tu vida sólo por acompañarle? ¿Sólo por hacerle sentir que estás a su lado? ¿Que vivirías por y para él? ¿Que renunciarías a todos los placeres de la vida sólo por poder enredar tus dedos en su pelo otra vez? Que tus labios se derriten sólo de pensar rozar los suyos.. niña, ¡despierta!. No son horas de soñar.

Cotilleado por NaTiLLiNaS a las Mayo 18, 2005 01:05 AM