Creo que hoy mi vida ha dado un gran paso. Acabo de fumar el último cigarro de la noche. Son las 4 y 23 de la madrugada y empieza a rondar el sueño en mi cabeza, pero mis labios han adquirido una peculiar mueca. Una leve sonrisa.
En cuanto a mis estudios, estamos a primeros de marzo, a un mes y unos días del primer exámen importante y ya han empezado a rondar dudas y curiosidades en mi mente, buena señal. Las cosas hay que prepararlas desde el principio.
En cuanto a mis padres, hoy he hecho de hija ejemplar. He hecho un par de recados que me ha mandado mi madre después de comer, cosa que otros días evitaba hacer dándole una mala contestación.
En cuanto a él, creo que está desapareciendo esa idealización que rondaba mi cabeza. Nada malo, si no todo lo contrario. Empiezo a verle como lo que es, una persona más que día a día se gana un poco más de mi. Quizás sea su peculiar forma de ver la vida la que me entusiasme de esa manera. Simplemente, le adoro. Ni contigo, ni sin ti. Pero así está bien.
En cuanto a mi futuro, mientras mi cigarro se precipitaba hacia la calle, hoy mi mirada no le ha seguido hasta perderse, si no que se ha erguido hasta toparse, de bruces, con una espléndida luna, radiante. Fue entonces cuando me di cuenta de todo lo bueno que ha tenido el día. Mientras ocurría todo ésto, Bryan Adams tranquilizaba mi estancia delante de este cacharro al que tantas cosas debo, aunque parezca mentira.
En cuanto a mis amigos, hoy he hablado con tres de las cuatro personitas que jamás en la vida querría perder: Viviana, Miguel y Antonio. Con ella he tenido una sensación de calma y estabilidad en nuestra longeva amistad. Con Miguel he quedado para el Martes que viene, y tengo muchísimas ganas. Con Antonio he hablado algo sobre las clases, unas prácticas que yo tengo aprobadas y él no, me ha pedido que cuando tenga algo de tiempo intente hacer un programa que le pusieron en un exámen. Me sigue faltando Míriam, esa estrella que un día abandonó esta constelación para afincarse en otra, pero que ha dejado una estela tan súmamente difícil de borrar...
En cuanto a mi ojito derecho, nos he visto dentro de unos ocho años, yo con la carrera terminada y el piso que hoy en día comparto con mis padres bajo mi propiedad, con un montón de papeles sobre la mesa que no eran más que un proyecto a entregar en una empresa. Sergio estaba ahí, escuchándome aténtamente mientras le enseñaba algún algoritmo de programación. Con tan sólo catorce años fomentando su interés por algo más de lo que estudian en el colegio. Seguía igual de guapo que es ahora.
Pues eso, a pesar de todo lo pasado, hoy mi vida ha dado un vuelco y, cuando corría la cortina de la ventana, la luna me ha guiñado un ojo a lo que yo le respondí con una sonrisa. Sé que mis lamentos son puro vicio, e intentaré reducirlos todo lo posible.
Visión optimista que dicen.
Un beso a todas esas personas que hacen que mi vida cobre sentido y me arrancan una sonrisa con su sola presencia, aunque sea simplemente a través de una pantalla.
Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las tantas, que fijo que no hay dios que me levante mañana.
Cada vez, se compra más caro el volverte a ver ¿qué más da, si, aunque lo niegue rutinariamente, soy tan afortunada..?
Cotilleado por NaTiLLiNaS a las Marzo 2, 2005 04:43 AMEsta claro que tienes un don para escribir jeje, me ha encantado la redaccion del post y tambien el significado. Yo siempre me he considerado un optimista aunque ultimamente actuo mas bien al contrario. En fin me voy con prisa que tengo que ir a recoger los resultados de un examen (pero en mi caso de sangre). No alarmarse que es un examen rutinario jeje, ciauuuu.
Escrito por Elessar a las Marzo 2, 2005 10:07 AMMe alegro que te haya gustado, la verdad es que ayer tenía unas ganas locas de escribir :)
Un besote enorme y espero que esté todo bien en tu análisis!!!
:***
Escrito por NaTiLLiNaS a las Marzo 2, 2005 11:12 AM