Cuando era chico, estudiante de preescolar la maestra le decían a mi madre, que no era muy aplicado, pero que era diferente cuando ponían un lápiz y colores a mi lado, así fue como una maestra me califico en una boleta de observación. Años mas tarde puedo decir que era una buena maestra, sin duda alguna no servia para los números, pero un poco mejor, solo un poco, con las letras. Entre muchos tropiezos llegue por casualidad a donde siempre tuve que haber ido, una escuela que era poco llamativa y algo desapercibida, excepto pos sus grandes arboles de mango. Llegue a la escuela de Artes Plásticas “CARMELO FERNANDEZ” de mi pueblo, San Felipe, fue sublime y mágico. Luego Armando Reveron, Caracas, NO PUDE PRESENTAR, para no esperar un año sin estudiar, fui a la ULA Diseño Gráfico, lo máximo Merída, que fino, pero mis buenos enemigos me ganaron y derrotado pare en valencia en el Monseñor de Talavera…. luego continuo.