Y, para estrenar mi camarita nueva, no podía hacer otra cosa que postear una foto del que seguramente recibirá la mayor cantidad de flashes.
Llego a casa, y dormía plácidamente dentro de la bolsa de dormir que dejé aireandose.
Pongo el bolso sobre la cama para empezar a armarlo, voy a la cocina, y cuando vuelvo está metido adentro, asomando sus ojazos azules.
Abro el placard para sacar la ropa, y está acurrucadito entre las remeras.
Cómo voy a extrañar a esta bestia peluda.