Julio 17, 2005

De Sueños y Realidades

Me he comprado una fûrin, una de esas campanitas japonesas que se mece con el viento y suena con agradables “tlin-tlin”. La verdad es que resulta agradable, para variar, oír algo de vez en cuando que no sean coches pasar. Al principio sólo quieres que sople algo de viento para oírla, pero si haces un esfuerzo y te olvidas un momento de ella no tardarás en oír su suave tintineo.

Toda esta cursilada que viene de relleno no sé si puede servir de introducción al post de hoy, pero por lo menos lo llena bastante bien (como esta precisa línea).
En estos momentos de calor bochornosa el consuelo del tintineo de poco sirve para aplacar el calor, mejor sería enchufar el aire acondicionado pero no me da la gana. Además, la campanita me recuerda algo y me traslada como una rudimentaria “máquina del tiempo” a un pasado cercano que cada vez parece alejarse más y más.
Cuando estuve en Japón, vi algunas campanillas de estas, pero no hice mucho caso ni me compré ninguna (bastantes cosas cargaba ya en la maleta). Lo que si que hice fue pensar en lo que pienso precisamente ahora, sabía que conforme fuera pasando el tiempo esa realidad, ese presente que vivía tan intensamente quedaría aletargado como tal en mi memoria y se acurrucaría en un rinconcito de mi mente convirtiéndose en un agradable recuerdo, pero solo eso, un recuerdo. Supongo que a lo largo de nuestra vida tenemos que lidiar con esos volubles pensamientos que nos hacen sentir placer o angustia en determinados momentos sabiendo, en el fondo, que todas esas sensaciones van a ser algo pasajero y no van a durar para siempre. Aún con cien años de angustia no habrá un momento en que esta halle fin y pase a ser un mero recuerdo. Y lo mismo ocurre con el placer, mucho más volátil todavía que la mencionada sensación negativa (si nuestra vida fuera toda placentera nos parecería un infierno). Estos momentos reales, según algunas corrientes de pensamiento orientales (vale, el Zen), solo existen en el presente. El pasado y el futuro no son más que recuerdos (pasado) y proyectos o suposiciones (futuro).
En el momento en que estaba en Japón todo me parecía real y, por extraño que parezca, cercano, familiar. Supongo que era porque en ese momento estaba viviendo realmente en el presente sin importarme de cuando o si regresaría (una semana, solo era una semana y no quería pensar en la vuelta xDD). Pero al mismo tiempo que no deseaba mirar hacia delante y me importaba un pijo si el avión explotaba al volver, sabía que una vez hubiese regresado ese viaje sólo sería un agradable recuerdo. Tal vez por eso me daba la sensación de estar viviendo en un sueño. Y todavía hoy puedo oír la melodía que mi cerebro decidió asignar a ese “sueño”.
Puede que estos pensamientos vengan a mi hoy en día como una alarma para que no deje que el conocimiento de ese idioma y esa cultura se me escurra entre los dedos, tal y como está pasando en el presente. Y a pesar de ver a donde me dirige mi supuesta pasividad me cierro en banda y niego ese “dead end” al que me dirijo. Supongo que es porque conozco sus razones y a pesar de ello observo como esos sueños van muriendo de inanición.
Amen.

Escrito por Garuda a las 04:25 PM | Comentarios (7)

Julio 16, 2005

¡Redios!

Esto es ser brico-friki y lo demás son tonterías.
Para quitarse el sombrero.

Escrito por Garuda a las 10:09 AM | Comentarios (4)

Julio 08, 2005

Esos Entrañables Federacionistas

Ya ha llovido mucho desde que a un tal Gene Roddenberry se le ocurrió crear una serie que trataba de una nave que viajaba explorando el espacio desconocido incluso para las gentes del Siglo XXIII en el que se situaba. La tripulación de la nave estaba compuesta por gente de las razas (etnias) más representativas del planeta Tierra. Aunando buenas intenciones y, quizás, algo de utópica predisposición para hacer el bien, esos humanos del Siglo XXIII surcaban el espacio en busca de aventuras y nuevas gentes que enriquecieran más el experimento que era la “Federación”, una coalición, no ya de etnias humanas sino de planetas y razas extraterrestres.

En realidad eran las mismas historias de siempre, leyendas y mitos ya olvidados que perviven en nuestra memoria genética, porque al fin y al cabo el ser human no ha cambiado nada (interiormente) desde hace más de 5000 años. Algo ya visto (en otros tiempos, en otras formas) pero no por ello menos agradable. Resulta interesante ver las buenas intenciones y el pacifico estancamiento que sufría la sociedad occidental fruto de dos devastadoras guerras que habían dejado a la gente sin ganas de padecer otra más. La Federación surgía en parte de los mismos deseos de paz y todas esas utopías por las que luchan anarquistas y grupos antiglobalización hoy en día. Pero los humanos del Siglo XXIII no podían ser los mismos de hoy en día, deben de estar más evolucionados (tanto física como moralmente) y por supuesto mucho más preparados que los humanos de siempre. Muy preparada y evolucionada ha de estar la humanidad para que los capitanes y tripulantes de sus naves espaciales no se líen a hacer lo de siempre (conquistar, someter, exterminar… agradables acciones todas ellas).
Ayer dimos un paso atrás en esa evolución, pero supongo que eso es una mera apreciación pesimista y tarde o temprano las cosas cambiarán (ni cuando seamos cuatro en la Tierra nos pondremos de acuerdo en quien pone el culo, pero…). Mientras brindemos por esos entrañables Trekkies, los primeros frikis que fueron disfrazados al cine, mucho antes de que las hordas de Starwars y LOTR hicieran su agosto durante tres películas. Los primeros que desearon tener la cara como si te la hubieran pisado treinta militares rusos, y solo por parecerse a sus amistosos Klingon… y tal y tal.
La verdad es que lo que veo ahora es que hay gente que simplemente se cabrea no porque vea que se están haciendo mal las cosas, sino porque en realidad querría estar ahí arriba para hacerlas ellos mal y que nadie les echara cuentas.
Bueno, yo me tomo unas horas de vacaciones.

La frase de hoy me gustaría que fuera esa de: Valores en alza o “¡qué buena está tu hermana!”.
Pero nos quedamos con esta.
"Si intentas detener las olas con ataques suicidas y bombas teñirás el mar de sangre, pero a las olas, nunca, nunca las podrás detener. Para bien o para mal."

Escrito por Garuda a las 10:32 AM | Comentarios (3)

Julio 05, 2005

El No-friki

Cosa rara, me duele el brazo izquierdo y no puedo dormir. Y lo raro no es que me duela, me lo jodieron hace dos semanas, lo raro es que tardara tanto en empezarme a doler. Claro que la semana pasada me dolía el hombro y la anterior las notas del examen de japo, o sea que se ve que le tocaba al brazo ésta semana.
Pero bien, a buen tiempo mala cara o lo que es lo mismo no hay mal que por bien no se venda; y esta tontería del brazo (ju-ju, tontería, voy por ahí con un brazo roto y sin curar, ju-ju, tontería) me sirve de excusa para vomitar el post de hoy encima de toda la sociedad y perder definitivamente mi corrección política (del ingles “polite”).
Hoy, con todos ustedes, una de las criaturas más abundantes de este mundo, y de paso empalmo con el anterior post y lo hago como continuación. Hoy, en “El rincón del Oimado”, el No-Friki (rayos y centellas).

Pero, ¿qué es el no-friki (si, ahora con minúsculas)? ¿Es acaso alguien que no-es-friki? ¡Norl! El no-friki es, como los no-muertos con su rollete, una criatura que se debate entre el frikismo y la normalidad, estando más cerca (sin saberlo) de lo primero que de lo segundo. Lo malo que tiene la palabra friki es que hoy se utiliza para todo, que si el de Mairena ese es un friki, como el Pozi, que si friki es el viciado de los cómics o el rol, que si es el Torbe o el tipo ese que llama a la cpu “motor”, que si esto que si aquello (no, aquello se llama otaku, pero es un friki también). La verdad es que es una palabra que no hay por donde cogerla y a nadie le gusta ser llamado friki porque siempre suele pensar en la parte negativa (la positiva es el Torbe y tampoco consuela mucho). Así que dejemos claro en que términos estamos hablando que si no se va a armar aquí la de agua para todos (los campos de golf) y más de uno va a estar “orgullosísimo” de su pasado. El friki al que siempre me suelo referir es, en mayor o menor grado (de subnormalidad), el tipo de persona que se apasiona con un tipo de cosas y rechaza otras (a veces irracionalmente, léase Linux –por las dos vertientes-) sin haberlas conocido de antemano. Si bien no es el rechazo a algunos aspectos considerados vitales por la mayor parte de los mortales (ahí la raíz del problema del friki supremo, se cree inmortal y no inmoral). Cosas como “coche-loro-tía” son relegados a la nada por muchos frikis sin saber que el personaje tipo “coche-loro-tía” o “neng”, como se dice ahora, es un friki de cojones a su manera, o sea es un no-friki.

El no-friki (y no necesariamente ha de ser tunnero, discotequero o cinéfilo) se caracteriza por su propia negación paradójica de su frikismo. Si, paradójica. ¿Alguien que sabe la fecha de todas las batallas en las que luchó Napoleón es un friki? No. Pero, ¿y alguien que monta dioramas de esas batallas? Caliente, caliente, pero a eso se le llama por convención un “apasionado de la historia”. ¿Qué te has comprado todos los fascículos que venían cada semana al quiosco y te has hecho una radio de galena? Eres un manitas de cojones. Ah, que la colección era esa de “Tu PC pieza a pieza”… caliente, caliente, ¿otro enamorado de la revista “Bits & Tits”? ¡NO! Infieles, eso es un no-friki.

Combatir a los no-frikis
Es inútil e innecesario. Un no-friki sólo atacará cuando se vea acorralado o encerrado en una convención de Star Wars/Star Trek/Stargate (curiosamente todas con star), en cuyo caso gritará las miserias de sus comensales a voz en grito mientras esconde bajo la chaqueta (porque el no-friki no viste friki) el último número, en inglés, de la revista “Wines of Spain” (por poner algo más falso que el parche de John Rackham, que no llevaba de eso).

No necesitas combatirlos
Pero si reconocerlos. Tú puedes ser uno de ellos (y qué), pero más vale saber de antemano en que bando luchas y después decidir qué haces con tu vida (qué profundo, señor Lovecraft). La frase “yo he visto todas las películas de Kurosawa” no puede ser seguida por un “y entro en todos los foros a defender su obra”, eso huele más a podrido que el “algo huele a podrido en Dinamarca” de Last Action Hero (<- frase friki total sin rebabas de no-friki). Con un ejemplo debería bastar, que no quiero poneros en apuros ni que penséis demasiado, pero esta frase (“no, yo es que me hago mis propias katanas”) unida a las demás debería ponerte sobre aviso de que es urgente una evacuación inmediata (y no me refiero a cag… a hacer po-po (pobre Mr. Popo de Dragon Ball)).
Así pues podemos decir que la mesa del Garci es una mesa redonda de no-frikis (son MUY frikis los que ahí se sientan pero al no reconocerlo ni ellos ni la sociedad se convierten en no-frikis, que no cinéfilos) y que el Gasset también lo es (pero en otro plano, ya más superior).

Ale, ya he dicho bastantes chorradas y el brazo me duele igual… y por cierto, las Matrix Reloaded y Revolution son un re-truño si las elevas al nivel de película friki (estado que solo merecen obras de la Hammer, Jess Franco o Godjila).

Amen.

Escrito por Garuda a las 02:25 PM | Comentarios (6)