El Rincón del Oimado

Y descienden victoriosos de la loma

Ah, seres despreciables y demás. Lo estabais deseando… no, lo estaba deseando mi ego. Aquí va el típico post atípico en donde digo que en realidad no hay nada borrado sino oculto a los ojos de los comunes mortales.
Pero el tema a tratar no es ese, no, es el de siempre, digo, es decir: el frikismo y sus periferias cerebrales. O: ¿Cómo recibirías un blog que empieza así?

“Ya descienden victoriosos de la loma, con sus caballos de hierro y sus armas en alto, los Manowar. Los infieles del techno y el pop nada podrán hacer contra los enviados de los Dioses. Hasta los subseres del rock y el punk deberán rendir pleitesía a los amos del metal…”.
Pues nada más cerca de la realidad, esta parte fabulada de pensamiento imaginativo ocupa las mentes de más de uno de nosotros cuando estamos a punto de irnos a la cama (yo ahora casi puedo oír sus motos). Y es que en la mente del friki pululan sin pasar por aduana todas aquellas cosas que alguna vez le gustaron y, en casos extremos de frikismo, le “apasionaron” (esto para los que se consideren “fans” de algo). Hasta aquí bien, los Manowar son aceptables a ciertos niveles de edad e incluso asimilables si necesidad de estupefacientes (¡100% comprobado!). Pero, ¿Qué ocurre cuando las miras del aficionado, friki o jilipollas (como usted guste de llamarlo) son más estrechas que el espacio que deja entre teta y teta la Ann Nicole Smith esa? ¿Qué ocurre, hablando de cine, oyes que “Matrix: Revolutions” es el colofón del cine de ciencia ficción y que Batman Beguins le hace justicia al personaje?
Eso, hablemos de cine, de cine “friki” (o cine de culto (en algunos casos satánico)).
En primer lugar hay de dejar clara una cosa, la línea que separa una película friki de una película mala (mal hecha, o de mal arte) es prácticamente inexistente, casi se podría que va haciendo eses la película entre lo malo, lo muy malo y lo realmente cutre, pero con dos cojones. Y eso es lo que lo hace ser una película de culto, lo mala que es (pero también lo pobre, lo cutre que es).
Que en Karate a Muerte en Torremolinos se gastaran todo el presupuesto en el traje de Jocántaro pero mostraran carne como los de la Troma, con un presupuesto más decentillo, es un signo característico de lo que puede acabar siendo una película de culto. Muy a lo Russ Meyer.
Se podría decir mucho sobre las grades producciones de la Troma, un hito en el cine friki, pero seguramente yo no podría juntar cuatro letras decentes que hablaran de este extraño fenómeno que se dio en los 80 (si lo 70 fueros psicodélicos, los 80 llegaron a ser de una ambigüedad sexomusical que rallaba lo “Mecano”). Supongo que son cosas que pasan, el inicio de los videojuegos también fue una sarta de plagios de lo que podíamos ver en el cine y la televisión. Ahora hoy en día ocurre al revés, de un videojuego de lucha, que no hay por donde cogerlo, te hacen una película.
¿Donde muere y nace el frikismo a la vez?
En la pela muere. Desde que cosas como Matrix (2 y 3) o como arruinar una buena película (Matrix, si más), Spiderman, X-men, “Josefino y su abuela” y demás sucedáneos se están imponiendo como películas de culto, la raza humana ha perdido mucho (xDDD gran y estúpida frase). Lo que quiero decir, si se me entiende, es que si al principio, cuando eso de los actores y la pantalla se llamaba cine, primaba una buena historia, contarla bien y rodarla con actores decentes (lo de actores decentes no va por los de la Troma), ahora prima que se le pueda sacar dinero a la idea, los productores meten más mano que nunca, se hace propaganda a saco y se vende como mejor se puede. ¡Si hasta en las noticias te sacan los estrenos!
Me pregunto si el frikismo tiene algo que oponer al marketing feroz… y la respuesta es no, el marketing creal al friki de hoy y se alimenta de él. Le da unos valores de justicia y equidad en los que la sociedad no cree sino “cara al público” y enseña el terrible arte de apuñalarse por la espalda mutuamente mientras se sueltan espumarajos fruto de la rabia y la envidia que da querer y no poder ser “el que está por arriba”.

To be Continued (la dislexia me puede hoy)