El Rincón del Oimado

Vamos a ver, la esencia del post anterior, aunque no lo parezca es nada más y nada menos que un brevísimo comentario sobre lo que podemos hacer los seres humanos para “tirar p’alante” o dicho de otro modo más chungo, para apuntalar los mecanismos de pensamiento que avalan nuestra existencia.
Es la paradoja del mártir (como mola esto de decir “la paradoja de…”). La razón por la que el mártir se queja y sufre es por su suerte, una suerte que lo lleva por un camino de inmerecido castigo que, por otro lado, él no está dispuesto a evitar. ¿Por qué no quiere evitar ese destino? Porque si lo hiciera estaría negando todo su ser, realmente el mártir vive por y para esos momentos de tortura en los que subconscientemente siente que su vida tiene un sentido que hasta ese momento no ha encontrado. Lo mismo ocurre con el friki, al separarse de la sociedad y especializarse en algo en lo que muy poca gente lo pueda seguir, adoptando palabras y términos pseudos-técnicos que utilizará sin ningún tipo de control en cualquier ámbito o conversación. Así al mismo tiempo que él se aparta de la sociedad, la sociedad le hace a un lado y él, extraño entre muchos, se siente a la vez un desgraciado y un privilegiado porque “sabe cosas que tú nunca creerías”. Así pues, ambos (como cualquier humano) volverán a tropezar en la misma piedra aunque juren y perjuren que “nunca más volverán a pasar hambre”, porque es en los instantes consiguientes a ese rechazo, a esa tortura, en los que se sentirán más vivos y realizados.

Un mártir.

Creatura, del mundo del cómic puede sacarse mucha filosofía, pero también mucha morralla, lo importante está en saber distinguir entre las dos y, llegado el caso, disfrutar de ambas por igual (aunque en diferentes planos de goce). Lo que quiero decir es sencillamente que no todo el mundo tiene siempre ganas de calentarse la cabeza o los cojones leyendo o viendo, por ejemplo, una película de Ken Loach. De vez en cuando viene bien despejarse con algo entretenido, y si está bien hecho, mejor que mejor (Ford, Kurosawa, Wilder…).



Respecto al tema de la religión, ¿frikismo como religión? Ya lo es. En la sociedad que vivimos la escala de valores anda un poco trastornada pero lo esencial sigue siendo lo mismo que hace dos o cuatro mil años. Llenarlos la panza y perder el tiempo pasándolo bien con algo que nos haga olvidar el “curro” (a ser posible haciendo "rass"). Pero el caso es que siempre tenemos la necesidad de creer en algo que o bien está por encima de nosotros o bien forma parte de nosotros (casos extremos son los que uno es su propio “Dios”). Puedes creer en Dios, en Alah, en Buda, en la democracia, en tal o cual torero, en hacienda, en tu novia/o (o en lo que tiene entre piernas), en tal o cual filosofía de la vida, en la amistad, el amor, la pasión, el mal, Satán o Bush… Da igual, el caso es creer. Y si no vas a la Meca ni al Vaticano irás a un concierto de tu grupo favorito o al cine tal o cual a ver ese “estreno que llevas toda la vida esperando porque es lo más de lo más” o a ver famosos por la calle o a las tiendas de ropa, da igual. Incluso da igual lo que hagas para sentirte realizado mientras no alteres el campo de libertad de otros individuos.
A lo que iba, que me pierdo, es a que el frikismo, como otras tantas actividades, lúdicas o no, ya ha sido llevado a los altares y forma parte de una religión no declarada que a su vez está formada por todas las religiones y creencias del mundo.
Puede que sea algo pretencioso decirlo así, pero lo cierto es que la mayoría de los cristianos (así como budistas o mahometanos) de hoy en día saben qué es realmente lo que significa profesar su religión. Esas creencias que con el paso del tiempo se convirtieron en religión y se solidificaron secándose como fango al sol, tenían un origen “divino” y un propósito común a todas. La evolución espiritual del ser humano, algo que ni de coña (perdón) vamos a alcanzar pues en cuanto nos dicen tres reglas de oro que seguir para ir bien, nosotros buscamos tres pies al gato y nos vamos por los cerros de Úbeda hasta que llega el listo de turno y en río revuelto ganancia de sacerdotes.

Dado que la meta es común en todas las disciplinas que lo son, el frikismo adoptado como disciplina podría conducirnos (técnicamente hablando) a la “gran vía”. Así como actitudes extremadamente frikis como adoptar el código Jedi como una religión más (vamos, el bushido espacial 8P).

Esta gente también profesa su propia religión. Manda huevos.

Y como creo que me he pasado tres pueblos, me corto aquí sin saber si la petición de creatura extraterrena ha sido debidamente cumplimentada.

Ahora si, FIN.

Escrito por Garuda a las Marzo 26, 2005 10:58 AM