Como diría aquel: “hmmmm, no sé”. No sé, ya me han dicho varias veces que les gusta lo que escribo aquí (supongo que cuando no son sandeces, sino historietas, lo que queda impreso en el blog). La verdad, como mínimo creo que son algo neutro, normales, con sus altibajos. A veces uno se esfuerza, otras le viene la inspiración y no faltan las ocasiones en que se escribe por rellenar. Pero aún así, lo quiera o no, todo sirve como una especie de terapia de grupo, de grupo silencioso que escucha (lee) y asimila mis paranoias en forma de cuentos.
Y de una cosa si estoy seguro, este no es el mejor blog (ni de coña), pero solo espero que no sea uno de los peores (de vista puede que si).
Gracias por leer, depositen su óbolo en el platillo.
Y así, la historieta de hoy empieza como suelen empezar los cuentos.
Fue en un lugar lejano, extraño y enigmático para muchos, diferente y místico para otros.
No hace mucho que sucedió, aunque parece sacado de una antigua vida pasada, pues el tiempo ha llegado a fosilizar sus imágenes en mi mente.
Esperábamos a un amigo en la estación de metro, cerca de las taquillas. A pesar de no ser hora punta la gente llenaba su gran extensión e iba de una terminal a otra sin prestar atención a sus casuales compañeros de viaje. No era ni tarde ni pronto, solo el momento justo, ese momento en que a la mañana se le van agotando las horas, pero que, a pesar del sol conserva la frescura del alba.
Sin nada que hacer mirábamos hacia un lado y otro, tratando en vano de memorizar los numerosos carteles de las salidas a otras terminales, por si nos perdíamos, poder encontrar el punto de origen. Y estaba yo deshilvanando un ovillo de lana demasiado pequeño para tan grande tarea cuando vi un destello por el rabillo del ojo. Miré en su dirección buscando la fuente de tanta luz, y la vi.
Allí estaba ella, con su diminuto cuerpo, en la lejanía, avanzando lentamente, vacilando de un lado a otro por la dificultad que le imponía su declarada cojera. Cargaba con una mochila que se antojaba demasiado grande para su pequeña espalda de adolescente, y en su rostro, a pesar de la lejanía, se podía entrever una mueca de celosa determinación y las marcas del esfuerzo sobrehumano que, a buen seguro, llevaba a cabo cada día. Me quedé embobado, mirando sin poder apartar la vista de aquel resplandor que me hacía sentir muy chico y miserable. Sentí deseos de ir corriendo en su dirección y alzarla en brazos, llevarla donde quisiera por toda la eternidad. Pero, ay, la razón, ese viejo cauce al que siempre vuelven las aguas del pensamiento me advirtió de mi blasfemia. Pues, a pesar de que en ese momento y en ese mismo lugar habían mujeres y doncellas mejor vestidas, más voluptuosas e incluso más, físicamente, bellas, ninguna emitía aquel resplandor, aquella auténtica esencia de belleza que provenía no sólo de su esfuerzo y tenacidad, sino también de su sufrimiento. Y puede que, como un ladrón anónimo que se roba una estrella del firmamento para encerrarla en su guarida y así ocultando su luz al mundo entero, fuera apagar esa luz, esa llama que arde ansiosa de igualdad, y alejarla de la vista de sus hermanos y hermanas, privándoles de ver la belleza de tamaño esfuerzo recompensada en su firme avance, valiéndose únicamente de su triunfo sobre su propia dificultad.
Y esa belleza, esa voluntad, es para mi tan antigua como eterna.
Tal vez por eso digan los poetas, que la eternidad está en el momento en que se vive.
Y con suma cautela, mi compañero de viaje, un tipo extraño que se hacía llamar Loco, sacó una carta de su baraja de Tarot. Una carta que resplandeció al instante y se elevó hacia el cielo, ese lugar desde donde lo que vemos más pequeño a nuestros ojos, es más grande de lo que creemos.
Escrito por Garuda a las Abril 28, 2004 09:50 AMHmmm, parece que no les gusta tanto como "rass" xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Escrito por Garuda a las Abril 29, 2004 09:32 AMQue me parta un rayo si alguna vez entendí a los poetas y su poesía. Esperemos que detras de la belleza que narras no haya un peligro oculto, como una metafora de plasma. :P
Escrito por Gaikara a las Abril 30, 2004 04:51 PMSonido de truenos acercandose... xD
Y... esto no es ningún panfleto sectario que pretende introducir subliminalmente patrones de conducta malignos... o algo.
:P